El tráfico se congestiona al adentrarse en la plaza de las columnas. La reconversión de las zonas de aparcamiento ORA en batería y las obras han estrechado sobremanera la calzada. Un solo carril apenas puede dar abasto al aluvión de vehículos que frecuentan rotonda.

Los estragos por la presión del tráfico no se han hecho esperar. Algunos establecimientos ven como sus clientes potenciales pasan de largo haciéndoles caso omiso.

"Se notan los efectos de las obras. Ahora la gente se para mucho menos que antes y no viene al bar", se quejaba ayer Juan, camarero en uno de los bares de la plaza de las columnas.

"No sé a qué vienen tantas obras. Creo que no tienen sentido", apuntaba la dependienta de una tienda de comidas preparadas de la plaza. Los operarios han instalado unas vallas que restan amplitud a la calzada. La consecuencia directa es que la circulación en este punto neurálgico de Palma se ha visto notoriamente constreñida durante estos días.

Esta medida ha repercutido en una plaza que, pese a no ser de grandes dimensiones, aglutina una gran densidad de comercios por metro cuadrado.

Las tiendas de regalos, mayoritariamente chinas, constituyen la abrumadora tendencia de establecimientos comerciales que existen en esta plaza. El dueño de una de estas tiendas de regalos tampoco veía ayer con agrado las estrecheces de tráfico y las obras. "Si la gente sabe que se va a encontrar con un atasco, lo más normal es que no venga aquí. Esto es exactamente con lo que se encuentra mientras se hacen estas obras en la plaza", subraya.

Paralelamente, la zona azul de la plaza García Orell, su nombre oficial, ha sido sometida a una remodelación. El estacionamiento en línea ha sido sustituido por el aparcamiento en batería. Con esta medida se consigue que aparquen más coches en el mismo espacio. Eso sí, también resta amplitud a la calzada de la plaza.

Más zona azul

Pese a la insistencia del Ayuntamiento de que no existe un afán recaudatorio con la implantación de la ORA, lo cierto es que la zona azul en las inmediaciones de la plaza de las columnas se ha extendido por doquier.

La movilidad y la consiguiente señalización como zona azul está más justificada en la cercana plaza de Pere Garau. La afluencia al mercado y los tenderetes que se instalan en la plaza requieren que el tiempo de estacionamiento esté más limitado. Sin embargo, en las calles adyacentes a la plaza de las columnas, algunas de ellas con un paisaje sórdido al caer la noche, no existe tal presión y sí muchos atascos para acceder a ella.