"¿Cuánta gente viaja en business?" El portavoz de los hoteleros de la Platja de Palma hizo la pregunta y la respondió: "El mercado de clase media es el más amplio", por lo que "es absolutamente necesario mantener los establecimientos de tres estrellas". Sin embargo, para el vicepresidente de la asociación hotelera de la zona turística, José Antonio Fernández de Alarcón, "no es necesario empezar el plan derribando y expropiando. Al final, ya veremos si es imprescindible", advirtió ayer durante el debate del Club DIARIO de MALLORCA titulado La Platja de Palma que queremos y la Platja de Palma que necesitamos.

No opina lo mismo el director de Planificación Urbanística del Consorcio, Joseba Dañobeitia, ya que cree "bastante difícil renovar sin derribos ni expropiaciones (...) Habrá que romper huevos en esta tortilla", recordó.

Los dos intervinientes sí que coincidieron en que el turismo de élite "no puede ser el único" que ocupe las camas, porque a lo mejor no vendrá, ya que "los hoteles de los años 70, 80 y 90 no pueden competir" con los establecimientos nuevos de los destinos emergentes, como Turquía o el Mediterráneo oriental, según destacó Alarcón. "Nadie ha hablado de lujo, sino de mejorar la calidad turística", dijo Dañobeitia. "En la Platja de Palma nos jugamos el futuro. El 80 por ciento del PIB de Balears depende del turismo, aunque en unos años la zona podría acabar como Cala Major si no hacemos nada", afirmó en referencia a que en dicho barrio apenas quedan hoteles y, además, se encuentra bastante degradado tras la marcha del turismo.

La propuesta del representante de los hoteleros "no es hacer una revolución, porque así el tren se descarrila. Cuando circula a mucha velocidad, no hay que pretender cambiar de vía de golpe, sino ir frenando poco a poco". Sin usar metáforas, explicó que el sector público "tendría que incentivar el proceso, es decir, poner un motor económico" para que "los hoteles se renueven, la oferta de ocio sea más elegante, los establecimientos comerciales mejoren estéticamente y los residentes tengan una mayor calidad de vida".

Con todo esto, empezando por la primera y segunda línea, "que es lo que la gente ve", se iniciará el movimiento, que "provocará que venga el sector privado. Debemos comenzar por lo posible y sólo así tendremos éxito".

Actualmente, nos encontramos "en un bucle de precios a la baja" con el añadido de que "se emiten señales negativas hacia el mercado y éste puede elegir marcharse a otro sitio", según explicó Alarcón refiriéndose a las informaciones sobre los problemas existentes en la Platja de Palma. De hecho, ya han surgido las voces alarmadas de los touroperadores y las compañías aéreas con importantes intereses en el turismo de esta zona, tal como recordó el vicepresidente de los hoteleros.

Recuperar la identidad

El presidente de la plataforma de vecinos y comerciantes de la Platja de Palma, Enrique Salvá, destacó que "está claro que todo el mundo quiere mejorar", pero añadió que "si no existe una planta hotelera en condiciones, los demás pueden hacer poco". Propuso "potenciar el espíritu mallorquín, homogeneizar la estética y mejorar la calidad de las viviendas, aprovechando una identidad que se está perdiendo", según sus palabras.

El decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, Carlos Garau, se centró en el mayor aliciente para todos los turistas: la propia playa. "No se le ha prestado la suficiente atención, ya que se han fijado mucho en todo lo urbanístico, pero la playa tenía un atractivo que hoy no tiene ni de lejos. Habría que mejorar tanto la calidad del agua como de la arena. Empezar por ahí".

Cuestiones sencillas como la "limpieza" y el "cuidado" también fueron reclamadas por la vicepresidenta de la asociación de locales comerciales de la Platja de Palma, Thais Villadóniga. Además, se quejó de que cuando la temporada turística finaliza, "parece que se termina también la playa, aunque en invierno tiene muchos usos", según sus palabras.

Entre el público, en la primera fila, Margarita Nájera escuchaba atentamente. La comisionada del Gobierno central y gerente del Consorcio de la Platja de Palma asentía a las declaraciones de su director urbanístico al asegurar que pretenden "crear un modelo en el que todos, el sector turístico y los residentes, salgan ganando".

Reconocer los fallos

Dañobeitia también reconoció que "el Consorcio ha podido realizar cosas mal. El documento expuesto tiene errores y hay que corregirlos (...) De todos modos, se ha logrado una participación pública que no hubiéramos conseguido. Hasta las cucarachas se han enterado de que se está haciendo algo en la Platja de Palma", bromeó. Ya en serio, afirmó ser "consciente de que se ha creado dolor e incertidumbre", lo que lamentó, tras la pregunta de una persona del público.

Una intervención de una vecina y trabajadora fue muy aplaudida, porque pidió a los políticos que acaben con "los tironeros, los de la patata [en referencia a los trileros], la prostitución, la droga y toda la chusma. Esto es lo que tienen que limpiar, no tirar nuestras casas, que vuelva a ser como antes", instó a los del Consorcio.

El portavoz de los hoteleros concluyó el debate del Club con la esperanza de que el deterioro de la emblemática zona se solucionará. "Nos merecemos que el plan salga adelante", algo que sólo se logrará tras las elecciones. Mientras tanto, "hay que organizarse, esperar a que escampe el periodo electoral y luego recuperar el pasado".

Alarcón no considera que sea tan difícil coordinarse, siempre que el plan se realice "desde la gente", ya que "hay que seducir a la sociedad", no como ha hecho el Consorcio hasta el momento, que presentó el documento urbanístico sin avisar tres días después de que se aprobase la Ley por unanimidad en el Parlament.

Como dijo el representante de los vecinos afectados, al final "no hay mal que por bien no venga".