El presidente de la Asociación de Empresarios Chinos de Mallorca, Antonio Yoh, asegura contundente que "jamás" defenderá a alguien "que incumpla la ley", aunque de inmediato solicita que el cierre del establecimiento de Ciutat Jardí no suponga "generalizar afirmando que todos los comercios chinos son ilegales". "No se puede decir que todos son malos porque uno o dos no cumplen las normas", destaca el también propietario del restaurante Gran Dragón.

Según Yoh, los negocios que sus compatriotas chinos regentan "están siendo discriminados, sobre todo en el barrio de Pere Garau, a pesar de que son muy necesarios y están haciendo una gran labor en estos tiempos de crisis".

Tiempos de crisis

Tal como explica, "hay gente que gana 450 euros debido a la crisis y llega a final de mes gracias a que las tiendas chinas venden artículos a precios muy asequibles y ayudan a pasar el mal trago".

Además, muchos vendedores ambulantes que se desplazan por todos los mercados de pueblo de las islas compran sus productos en las tiendas mayoristas regentadas por chinos, por lo que "también ayudan a los pequeños empresarios mallorquines", recuerda. Antonio Yoh tampoco se olvida de que hay numerosos comerciantes isleños que acuden a las tiendas de venta al por mayor del polígono Son Castelló o incluso de la península, a pesar de que luego denuncian la competencia desleal.