¡Hay qué ver lo que uno aprende en los anuncios callejeros! Resulta que las españolas no sabemos qué talla tenemos de sujetador. ¡Como lo oyen! Una conocida lencería de la ciudad lo atestigua. No es como para hacer oídos sordos. Se les supone voz de probada solvencia porque ya me concederán si no saben lo que se traen entre manos quien vive de cubrir senos, nalgas, piernas y cuerpo entero. De que les rente comerciar con la última capa de ropa hasta alcanzar la piel. Lo dicho, que las mallorquinas entramos a saco en las lencerías y, sin rubor alguno, depositamos nuestra total confianza en la dependienta para que nos diga qué talla de sostén tenemos.

"¿Sabe usted su talla de sujetador? ... si no es así, ahora tiene su oportunidad. ¡Venga a visitarnos el día 4 de noviembre! Le tomaremos sus medidas y podrá saber cuál es realmente su talla..."

Resulta que para medir nuestros pechos existe una fórmula matemática. ¡Los hay enrevesados! Jamás habría imaginado que para echarle mano a la anatomía femenina se requiera poner ceros y hacer una ecuación. Resolver un enigma, puede. Sin piruetas pitagóricas, Claudia Vázquez explica que hay que medirse el contorno por debajo del pecho y añadirle 15. La suma es la talla del pecho. La fórmula también funciona para saber la copa que necesitamos –a aquellos que no lo sepan, sobre todo, para esas mallorquinas que dicen no saber qué talla de sujetador deben ponerse–, la copa, insisto, es la forma del sostén. Ésta se mide en letras, A, B, C. El metro debe situarse encima del pecho sin sujetar, y el resultado se obtendrá de restar la cifra obtenida del contorno. En fin, un galimatías de centímetro más o menos que, según indica la representante de lencería, "las alemanas conocen al dedillo". No las españolas. ¡Unas desastradas!

La prueba de tomarle medidas a nuestras tetas para ajustarlas en el adecuado sujetador no entraba en los "saldos del día", pese a que el anuncio en el escaparate, aferrado al vidrio y sin alharacas de diseño publicitario, podía invitarte a cierta confusión. ¿Sabe usted su talla de sujetador? Venga a visitarnos el 4 de noviembre.

"¡No, qué va, ya habíamos acordado la fecha semanas atrás. Ha sido casualidad coincidir con la Feria de Saldos!", señaló María José Vitoria, compañera de Claudia, en una empresa de lencería femenina especializada en "tallas para pechos grandes de espaldas pequeñas".

¡Glups!, ¿estarán siliconadas? No, no, qué va. Cada vez hay más jóvenes con este tipo de pecho. ¡Será la alimentación! ¿Ah, entonces, el anuncio ese del escaparate, no procede para las de teta escasa? Sí, sí, pueden pasar todas, aclaraban desde la tienda.

¿Y ya han pasado muchas mujeres a tomarse medidas? Pues, por ahora, no, contestan. ¡Ah, ya caigo. Es que están de saldos!

Alemania 1, España 0. Las germanas sí saben de sus contornos pectorales mientras aquí, las españolas, no sabemos si taparnos con un balconette o recauchutarnos con un push up. De momento, aprendí ayer que las matemáticas tienen la respuesta y comprobé, una vez más, que la calle es puro oráculo.