Si algo tuvo Bel Cerdà, y así lo reconocen y recuerdan quienes la conocieron, fue fuerza vital. Esa que dejó de sacudirla en los últimos meses hasta que falleció el domingo pasado. Ayer fue enterrada en el cementerio de Palma.

Bel Cerdà Soler fue una entusiasta que no dudó en reinventarse a sí misma. Fundadora, "catalizadora", comenta Eugeni Cañellas, del grupo Sis Som, reunió, además de a Cañellas, al resto de la banda: Francesca Adrover, Antoni Peralta y Joan Guasp. El sexto integrante "el público". La idea era que la música popular no quedara en el cajón, y tampoco que fuera recuperada con naftalina. "Necesitamos puntos de apoyo en la música que nos representa, bien sea en la que ya teníamos o en la de nueva creación", decían los de Sis Som. Estuvieron en escena más de veinte años con álbumes como Cançons per a un capvrespe, Tres i dos Sis Som y Fruits de la terra, éste, el último del grupo.

Bel Cerdà no paró de alzar su voz para que los vecinos del Puig de Sant Pere se asociaran, y fue una descatada activista en pro del Plan Especial de Reforma Interior de este barrio de Palma. Recuperó, asimismo, la cabalgata de los Reyes Magos y los carnavales.

La recuerdan también Aina Pascual y Jaume Llabrés junto a los que colaboró en el montaje de las exposiciones de Navidad desde 1996 a 2002 en el convento de las Caputxines. De las siete exposiciones que organizaron y montaron juntos destacan La Ceràmica al món conventual, "una de las preferidas de Bel", apuntan Pascual y Llabrés.

Los últimos años de su vida los dedicó al mundo de la restauración a través del Singular, un restaurante que abrió en el corazón del barrio de sa Llonja. Fue pionera en ofrecer cocina de mercado, y los clientes que acudían a su restaurante "no salíamos nunca defraudados porque la calidad era excelente. Y sobre todo, el trato con ella", subraya Miquel Àngel Sancho. El productor musical logró cenas ´singulares´ gracias a Bel Cerdà. El funeral será mañana en Santa Creu.