Los gastos en viajes y comidas, presuntamente de representación, abonados por la Empresa Funeraria Municipal (EFM) cayeron "ostensiblemente", llegando a reducirse en un 96 por ciento cuando el ex director gerente, Óscar Collado, dejó la empresa tras alcanzar un acuerdo con los actuales gestores, según consta en el auto de apertura de juicio oral del instructor Manuel Penalva.

El juez certifica, asimismo, que Collado, según los diversos testimonios practicados, estaba interesado en que "la gestión administrativa fuera caótica y desorganizada" con la intención, presuntamente "de facilitarle la posibilidad de llevar a cabo actuaciones ilícitas sin que fueran fácilmente detectadas".

Como ejemplo ilustrativo de esta situación, señala que el gerente de la Funeraria fue cogiendo de la caja diversas cantidades de dinero a título de préstamo hasta alcanzar la cifra de 16.000 euros, "firmando únicamente unos vales justificativos del dinero entregado". Con posterioridad, se apropió presuntamente de la anterior cantidad, simplemente "manifestando de palabra a las encargadas de la administración que había abonado de su propio pecunio esa misma cantidad al señor Perelló", una persona que había realizado unos trabajos para la Funeraria.

En la misma línea, en otro apartado del auto judicial, se indica que el ex director gerente falsificó "numerosos tiques de taxi", además de gastos relacionados con unas clases de inglés "aprovechando la absoluta falta de control y pasividad mostrada tanto por el consejo de administración de la Empresa Funeraria Municipal como por el órgano del Ayuntamiento encargado del control y aprobación del gasto".

Asimismo, en el auto que imputa a Óscar Collado la comisión de hasta nueve delitos, entre ellos el de malversación continuada de caudales públicos, se pone de manifiesto que la partida gastada en viajes desde el año 1998 hasta el año 2006 asciende a unos 340.000 euros, dando una media aproximada de 40.000 euros anuales.

La anterior cantidad se reduce "ostensiblemente" cuando Collado ya no ocupa cargo alguno en la EFM, ascendiendo el gasto por este concepto en 2008 a 13.378 euros. En el escrito, el juez califica de "significativo" el hecho de que tras la salida de Collado de la empresa municipal también cayeran drásticamente los gastos cargados a las cuentas de la Funeraria en concepto de comidas. En este sentido, el auto destaca que el emolumento en este concepto ascendió a 52.000 euros en 2001 y 34.000 euros en 2003. En 2008, se reduce a 1.893 euros.

El juez destaca que algunas de estas comidas se efectuaron en fines de semana, de forma que no se corresponden con ágapes institucionales, incluyéndose incluso en ocasiones gastos por conceptos tales como "compra de tabaco, flores u otras atenciones injustificables".

En conjunto consta en el sumario un gasto total de 6.328 eros entre los años 2000 y 2005 gastados en comidas realizadas los fines de semana.

El descontrol administrativo y contable se pone de manifiesto además en el hecho de que Collado "se limitaba a presentar los tiques o facturas sin dar explicación alguna sobre la razón del gasto, personas que le acompañaron, ni motivo de la supuesta reunión".

Al juez Penalva le "llama poderosamente la atención" que en algunos meses, "hay gastos por conceptos de comidas en restaurantes de lujo de Palma", liquidados "cada uno de los días laborables del mes".

El actual gerente de la empresa, Joan Martí, declaró que "atendiendo al volumen de negocio, no estaría en absoluto justificada la realización de tan elevado número de comidas".

En términos porcentuales, según indicó el gerente, "únicamente serían admisibles un 5% del total de las comidas facturadas".