La plaza de l´Olivar acaba de recuperar su mejor aspecto. Durante varios años, las obras de la plaza del Rosselló obligaron a cubrirla de una capa de hormigón y destinarla a aparcamiento de las furgonetas que abastecen los puestos del mercado. La última reforma había sido un acierto. Sobre todo por la siembra de media docena de olivos, que con los años han ido ganando presencia, y que enlazan con la historia y la toponimia del lugar.

El mercado y la plaza se ubican donde en el pasado estuvo el convento de Nostra Senyora de la Concepció de l´Olivar. Sin embargo, contrariamente a lo que se pudiera creer no fue la existencia de un antiguo olivar en este lugar lo que dio nombre al convento. Fueron las monjas franciscanas quienes se trajeron el topónimo desde su anterior residencia.

La congregación se instaló por primera vez en Mallorca en el Puig de Santa Magdalena de Inca. En 1515 se trasladaron al término municipal de Esporles, allí construyeron un nuevo convento y una pequeña iglesia, conocida por s´esglesieta, que derivó en el actual topónimo de s´Esgleieta. Como el cenobio estaba rodeado de olivos fue conocido como Nostra Senyora de la Concepció de l´Olivar. En 1549 las franciscanas se trasladaron a Palma y con ellas se vino el nombre del convento, aunque en el lugar escogido, frente a la iglesia de Sant Miquel, no hubiera ni un olivo. Con la desamortización de Mendizábal de 1835, que prohibía la existencia de dos conventos de una misma orden en la ciudad, las monjas se trasladaron a Santa Clara. Las celdas fueron utilizadas como prisión hasta 1885, cuando el edificio fue abandonado por su estado de ruina. En 1889 se derribó la iglesia, que "tenía un arco acampanado en estilo renacentista y un portal tapiado en el mismo estilo", según el Archiduque Luis Salvador.

Los planes para convertir el solar en mercado central de abastos comenzaron a principios del siglo XX y conocieron varios proyectos, pero no fue hasta la posguerra cuando fue construido, de acuerdo con el proyecto de Gabriel Alomar.

Pese al topónimo, en la plaza y Mercat de l´Olivar no se sembró un olivo hasta hace poco más de una década.