Las adolescentes del grupo Sueño Urbano demostraron sobre el escenario su habilidad con el hip hop y dejaron atónitos a muchos espectadores que la noche del viernes se acercaron hasta el llamado parque wifi, el del polígono de Llevant. Los aficionados al baile –ya fuese funky, raga o experimental, entre otros– no necesitaron beber alcohol para perder la vergüenza ni subirse a unos bafles de discoteca para divertirse. Es lo que trataba de impulsar el Ayuntamiento con la ´Nit de la Ratapinyada´, que el ocio nocturno no pasa sólo por hacer botellón. Las peleas de borrachos en el paseo Marítimo se sustituyeron por batallas de popping, es decir, un estilo de baile callejero en el que, uno tras otro, los protagonistas mueven el cuerpo como si fuesen robots. Para que los más clasicos también tuviesen su espacio, Tomy Alba y Christian Martín cantaron pop latino con reggaeton y pop rock, respectivamente.

Actividades manuales

Sin embargo, la diversión no se limitó al baile. El primer espectáculo de la noche fue el recorrido de un grupo de dimonis con sus antorchas, que no daban demasiado miedo y no estaban acompañados por verdaderos tambores, sino por la percusión que salía de los altavoces del escenario.

Mientras tanto, las carpas instaladas en la zona de ocio del polígono de Llevant acogieron las actividades organizadas por los Casals d´Infants i Joves. Numerosos asistentes de multitud de nacionalidades se entretuvieron haciendo pegatinas; chapas personalizadas; pulseras, anillos y collares; broches y llaveros de fieltro; rosas de Sant Jordi con papel de crespón y palillos de la barbacoa; o puntos de libro con la temática del legendario dragón.

La creación de juegos de equilibrio fue otra de las propuestas de la noche, a cargo del grupo Ensaimada Malabar. Lo primero que se necesitaba para hacer las bolas con globos que luego servirían para lanzarlas al aire era un paquete de mijo o, en su defecto, arroz o pasta fina. "Nada de macarrones", bromean en su web. El viernes los jóvenes llenaron los globos con mijo siguiendo paso por paso las instrucciones de los organizadores y, con tres bolas, mostraron su destreza en la noche del murciélago.

También era cuestión de habilidad introducir varias pelotas de madera en el ´contenedor´ de reciclaje adecuado. La partida de cricket ecológica era una de las siete pruebas de la gimkana de entidades organizada por el servicio de dinamización infantil y juvenil de Cort, llamado Dinamo. Otras pruebas consistieron en completar un cuestionario sobre supervivencia doméstica, responder un trivial sobre diferentes aspectos del VIH, colocar correctamente un preservativo, dar un masaje en la espalda a tu pareja (en el caso de que estuviese presente), escribir una frase en una camiseta en contra de las drogas o responder preguntas sobre sida, género y sexualidad, por ejemplo. Para los ganadores, un ordenador, una bicicleta, un MP4 y la satisfacción de haber participado en una jornada de ocio juvenil saludable.