Los comerciantes y vecinos de la calle Alfons el Magnànim, antes Capitán Salom, están que trinan porque muchos aseguran que nadie les avisó de que el nombre de esta vía cambiaría en virtud de la Ley de Memoria Histórica y, según explican a DIARIO de MALLORCA, se enteraron cuando vieron que los operarios de Cort iban colocando la placa con el nuevo nombre, el pasado mes de junio. Eso en el mejor de los casos, porque muchos se enteraron cuando descubrieron que la empresa pública Correos dejó de entregarles los sobres que habitualmente recibían.

"Nosotros descubrimos el cambio de nombre a través de nuestros proveedores de la península, quienes en agosto nos advirtieron de que los sobres con cheques o pagarés concertados que iban dirigidos a la calle Capitán Salom les eran devueltos por la empresa Correos. Por eso, hemos tenido que esperar hasta 40 días para cobrar un cheque. Nadie, ni el Ayuntamiento ni la empresa pública postal, nos había avisado del cambio", asegura el matrimonio propietario de la tienda Kresal accesorios.

El dueño del bar Vicente, por su parte, señala con sorna y con un toque de sabiduría de barra de bar que "esta calle será siempre Capitán Salom, porque así se la conoce en todos lados desde hace más de 30 años, por más que el Ayuntamiento se empeñe en cambiarle el nombre. En el barrio, nadie habla de Alfons el Magnànim". La propietaria de una empresa de mudanzas afirma que "aún siguen llegando cartas con el nombre de Capitán Salom, pero sólo las que son repartidas por empresas privadas. Las que debe entregar Correos no llegan, porque el cartero dijo que después de dos meses ya no tenían obligación de entregar sobres con la antigua dirección. El nuevo nombre de esta calle sólo nos está dando problemas y nos hace gastar dinero, porque los comercios deben invertir muchos euros para poner el nuevo nombre de la calle en las facturas, los albaranes, los rótulos, etc.".

Además, si los titulares de los locales, al igual que los dueños de las viviendas particulares, quieren que sus escrituras de propiedad reflejen la nueva dirección deben hacer un trámite ante notario que cuesta alrededor de 200 euros.

Al respecto Biel Colom –que vive en esta calle desde hace más de 10 años– lo tiene claro: "Nadie me avisó del cambio, y menos que tenía que gastar dinero para poner el nuevo nombre en la escritura, cosa que no haré. Mi tiempo vale oro, y ya me bastó con tener que llamar a la empresa de móviles para reclamarles que no me llegaba la factura porque la seguían enviando a Capitán Salom. Además, si el Ayuntamiento quiere cambiar el nombre de la calle, pues que me pague el notario porque yo no tenía ningún problema con el nombre Capitán Salom".

Otro habitante de esta calle, Pere Bestard, asegura que cuando hace un mes fue a las oficinas de Correos a reclamar que no le llegaba un sobre que esperaba le dijeron: "Si le mandan un sobre a Capitán Salom no lo recibirá porque esa dirección no existe más". "Es una vergüenza, yo me enteré del cambio por un proveedor al que Correos le devolvió un sobre enviado a Capitán Salom con una leyenda que decía ´dirección desconocida´. Desconocida es Alfons el Magnànim, que no figura ni en Google ni en ningún callejero", afirma la dueña de la tienda de moda y calzado Auxesca Miró. En los locales de las firmas Per tu, Ryvemes, Suzuki o Printout el comentario es bastante similar: "Nadie nos avisó de que se cambiaría el nombre de la calle, y Correos no entrega los sobres con la antigua dirección".

Fuentes de Correos argumentan que la empresa pública "distribuyó en varias ocasiones un folleto informativo en el que se solicitaba la actualización de las direcciones al tiempo que se avisaba a los usuarios de que, según la normativa vigente, dispondrían de un periodo de convivencia de dos meses, tras el cual sólo recibirían los envíos que llevaran la dirección oficial reconocida". En Cort afirman, por su parte, que en su momento se realizó un "intenso buzoneo para informar sobre el cambio de nombre".