Un día soleado y unas temperaturas superiores a los 27 grados propiciaron que miles de ciudadanos visitaran los cementerios de Génova, La Vileta, Establiments, Sant Jordi y el más grande todos, el de Son Valentí, con motivo de la festividad de Todos los Santos.

En este último camposanto, las numerosas visitas se produjeron durante la mañana de una forma escalonada, por lo que no se registraron incidentes de tráfico relevantes o atascos, aunque sí algunas retenciones que fueron controladas en todo momento por los efectivos de la Policía Local, que desplegó un dispositivo especial que comenzó el viernes pasado y que finalizará hoy.

No obstante, y como cada año, lo que no pudo evitar la Policía fue que los conductores aparcaran sus coches debajo del puente de la vía de Cintura y sobre la acera del Camí de Jesús, en dirección a la autovía.

Asimismo, mucha gente prefirió acercarse en bus en vez de coger el coche, según pudo saber este rotativo por boca de un conductor de la Empresa Municipal de Transportes (EMT), quien aseguró que "este año se ha disparado el número de viajeros". La EMT también preparó un servicio especial de autobuses, que finaliza hoy. Así, desde el viernes pasado, entre las 7,20 y las 20,20, los buses parten desde la plaza de San Antonio con una frecuencia de 20 minutos. Además, mucha gente se decantó por el taxi.

En el solar ubicado frente a la entrada que da al torrent de sa Riera, un policía local tuvo que llamar la atención a los tres gorrillas que hacían de aparcacoches. Así lo explicó el policía a DIARIO de MALLORCA: "Una señora se quejó de que habían querido cobrarle entrada por aparcar aquí, y les advertí que sólo podían cobrar propinas y no entradas, y que si la queja se volvía a repetir, iban a tener problemas".

La alcaldesa visita los cementerios

La alcaldesa de Palma, Aina Calvo, visitó los cementerios de Establiments, Sant Jordi y Son Valentí. En este último depositó cuatro ofrendas florales: una en el muro del cementerio en el que se fusiló a los represaliados de la Guerra Civil, otra en la fosa común antigua, y las otras dos en memoria de empleados municipales y bomberos.

Al acabar el recorrido –en el que estuvo acompañada por el regidor de Seguridad Ciudadana, Antonio Donaire, y la presidenta de la Empresa Funeraria Municipal, Begoña Sánchez– declaró: "Un año más nos sumamos al recuerdo de las personas que ya no están con nosotros, en un día muy familiar y en una semana especial y trágica para la ciudad, fruto del desgraciado derrumbe que provocó siete víctimas [en alusión al edificio de Camp d´en Serralta que se hundió el pasado domingo, 25 de octubre]".

Dentro del camposanto reinaba un ambiente muy familiar: varias generaciones se acercaban juntas a honrar a sus difuntos con una actitud alegre, aunque también hubo muchas familias más circunspectas y silenciosas. Esta redactora vio, incluso, cómo una pareja muy joven puso sobre una de las tumbas un pequeño reproductor de musical por el que se oía música clásica, "pues era la preferida de un querido amigo, que lamentablemente murió hace un año", según explicaron.