Óscar Collado, durante años auténtico factótum de la Empresa Funeraria Municipal de Palma (EFM), consideró ayer lógicos los gastos de 20.000 euros en comidas y otros 44.000 euros en viajes suyos pagados con dinero de la sociedad municipal en 2005. Collado, a quien la fiscalía anticorrupción imputa un nuevo cargo de coacciones por dejar un muerto dos horas en la puerta del cementerio, rechazó ante el juez de instrucción número 11 todos los delitos e irregularidades que se le atribuyen. El ex gerente de la EFM, defendido por José Ignacio Herrero, prestó declaración durante dos horas. Collado se halla en libertad provisional y ayer fue la segunda vez que depone por este sumario.

El fiscal Pedro Horrach y el juez Manuel Penalva interrogaron a fondo al encausado respecto a las facturas voluminosas por comidas y viajes halladas en la empresa municipal, que, según algunos testigos, está en ruina en parte por su mala gestión. Óscar Collado justificó los gastos en las numerosas invitaciones, comidas de empresa y viajes de trabajo a los que se vio forzado a asistir.

Según el ex gerente, la EFM en esos años tuvo muchas relaciones con agrupaciones y asociaciones de funerarias a escala nacional y europea. Él, como responsable, habría tenido que agasajar a directivos de dichas entidades.

Sobre los desplazamientos, el declarante aseguró que en Madrid solía alojarse en los hoteles Bauzá y Meliá Castilla, establecimientos que tildó de adecuados para sus viajes de trabajo. Entre las facturas de restaurante pagadas por el Ayuntamiento destacan algunas de locales de lujo; pero Collado rechazó haber visitado dichos establecimientos.

En marzo del 2006, el ex gerente pasó a la funeraria municipal más de 800 euros por comidas. Según el fiscal, Collado almorzó ese mes todos los días a cuenta de la Empresa Funeraria Municipal.

El declarante fue interrogado también acerca de si en una ocasión, y dentro de una ´guerra´ entre la EFM y funerarias de la Part Forana, a las que se les habría prohibido trabajar en el cementerio de Palma, se obligó a un furgón fúnebre a estar dos horas en la calle con un muerto dentro.

Estuvo en un garaje

Collado rechazó haber sido el responsable de esa ´guerra´ y aseguró que el difunto permaneció las dos horas en un garaje del camposanto. El acusado, asimismo, negó también haber cobrado comisiones de proveedores; haberse apropiado de dinero pagado en mano por clientes del cementerio y otras muchas irregularidades.