Desde el pasado 17 de febrero un ma- nifiesto emitido por la Plataforma Ciudadana Camp den Serralta recorre las calles del barrio. Esta entidad pretende recoger apoyos para exigir a las autoridades que "pongan los medios a su alcance para solucionar los graves problemas de falta de equipamientos públicos" en la zona y que, tal como aseguran, "impiden la calidad de vida comunitaria". Aunque desde la entidad, Paula Cabanillas explicaba que todavía no han comenzado el operativo para la recogida de firmas.

Este movimiento trata de conseguir equipamientos y zonas verdes para esta barriada, solicitando la cesión parcial del edificio y patio público del antiguo colegio Son Espanyolet y del edificio ubicado en la calle Lope de Vega para convertirlos en una "alternativa lúdica y cultural para todos los vecinos". Esta declaración también reivindica la creación de servicios socioculturales, en concreto actividades que supongan alternativas preventivas para colectivos de especial riesgo, como son los niños y jóvenes y personas mayores.

Aunque ha sido el segundo punto del listado el que no ha gustado a parte de los residentes de la zona: la peatonalización de la plaza Serralta, con la intención "de favorecer un entorno con un mínimo de espacio de reunión, contacto, paseo, ocio y cultura para los ciudadanos", una propuesta que ha sido respondida hace unas semanas por un grupo de vecinos y amigos de la plaza Serralta que quieren tratar de impedir que se realice esta solicitud a las administraciones.

"Nos gustaría acabar con las drogas en el barrio antes de conceder espacios para que puedan ser ocupados por las mismas personas que ahora están en la plaza Serralta", explicaba la portavoz de este colectivo que en pocos días ya ha superado las 200 firmas, la réplica para las que puedan recoger la plataforma. Tal como explicaba, "las personas que vivimos en este barrio tenemos que pedir permiso para pasar por las aceras o para sentarnos en un banco de la plaza, porque la gente que se reúne allí nos miran como si nos perdonasen la vida". Por tanto, en su contramanifiesto han decidido exigir a la autoridades que "pongan los medios a su alcance para solucionar los graves problemas de drogas que vivimos en este barrio", porque a su parecer, son los que impiden realmente "la calidad de vida comunitaria" de sus vecinos.

Por su parte, otro residente, que también prefiere quedarse en el anonimato, denunciaba esta misma situación, acusando en concreto de la degradación de los últimos años a las personas que durante todo el día ocupan "a sus anchas" las aceras próximas a un establecimiento musical que hay en la plaza. Tal como aseguraba este ciudadano, se han interpuesto varias denuncias para tratar de atajar este "comportamiento incívico", que además conlleva dejar botellas y latas vacías, incluso contemplar cómo esta personas realizan sus necesidades en las paredes de las fincas que hay en la plaza. Sin duda, una situación que nadie desearía para su barriada.