Cuentan quienes le ven por la cárcel que Javier Rodrigo de Santos tiene un aspecto saludable. Parece no mostrar ningún signo de depresión e incluso sale al patio como los demás presos, afirman. Sin embargo, "aunque objetivamente no está enfermo, tampoco está bien del todo", aseguran otras fuentes. Ya se ha acostumbrado a la rutina penitenciaria, desde que ingresó el 27 de junio tras su arresto el día anterior por supuestas agresiones sexuales a varios menores. El primer escándalo público del ex concejal de Urbanismo de Cort salió a la luz hoy hace un año: sufragó visitas a clubes de alterne gays con una tarjeta Visa del Ayuntamiento. Se gastó 50.804 euros del dinero público entre 2006 y 2007. La noticia corrió de boca en boca, el Partido Popular le suspendió de militancia y al día siguiente Rodrigo de Santos devolvió lo sustraído, aunque puso en entredicho toda su gestión política al frente del Urbanismo. La Fiscalía Anticorrupción interpuso una querella por un presunto delito continuado de malversación de caudales públicos, aunque no fue la única.

El aniversario de este escándalo se une a la celebración mañana de una vistilla oral para reclamar la libertad del ex edil, defendido por el abogado José Ignacio Herrero, tras su prisión preventiva por los presuntos abusos sexuales a adolescentes. La fase de instrucción de las dos citadas causas ha concluido y ahora la Audiencia Provincial debe enjuiciarlas. En cuanto al delito de malversación con una Visa del Ayuntamiento, está a la espera de que se convoque un jurado popular, mientras que la sala segunda de la Audiencia tendrá que enjuiciar la presunta corrupción sexual a menores. En este primer caso se prevén penas de unos cinco años de cárcel y, en el segundo, hasta veinte.

Todavía hay un tercer procedimiento en marcha: una supuesta prevaricación y otros delitos en relación a la adquisición de un castillo de juegos infantiles para el parque de sa Riera. Esta tercera causa se encuentra aún en la fase de instrucción y podría acabar siendo archivada.

El primer escándalo de Rodrigo de Santos hizo famoso el club de alterne Casa Alfredo, ahora cerrado. Allí llegó a gastar hasta 1.450 euros en una sola noche, tal como demuestran las facturas descubiertas tras una auditoría del Ayuntamiento. Poco después de saltar la noticia, se supo que el ex concejal de Urbanismo acudía a éste y otros locales de ambiente gay acompañado de políticos y funcionarios.

El primer abogado defensor que tuvo, Bartolomé Vidal, solicitó al juzgado de instrucción número 5, que asumió el caso, un completo examen psiquiátrico del hoy preso, argumentando que su representado sufría "severos problemas de adicción al sexo y a las drogas". Además, notificó a la jueza que De Santos iba a ingresar en un centro de desintoxicación terapéutica. No obstante, la Fiscalía anunció enseguida que no aceptaría la supuesta drogadicción como atenunante del delito.

El ex político del PP hizo las maletas y se marchó con su familia a vivir a Madrid. Debía declarar en Palma el viernes 11 de abril, pero avanzó un día su cita y se negó a decir nada alegando motivos de salud. El 15 de abril se supo que la Fiscalía también le investigaba por los presuntos contactos sexuales con menores y el 26 de junio fue finalmente arrestado por ello cuando salía de declarar ante los fiscales anticorrupción por el caso de la Visa de Cort.

Desde entonces, permanece en prisión, con salidas esporádicas cada vez que debe declarar por alguna de las tres causas en las que está implicado. De la primera alega su adicción a la drogadicción; en cuanto a los supuestos abusos, asegura que no ha mantenido relaciones con los chavales y que todas las acusaciones son un montaje político; y sobre la presunta prevaricación al adquirir un castillo infantil, se defiende argumentando que actuó legalmente.

El otrora todopoderoso responsable del Urbanismo de Palma, también conocido públicamente por ser muy religioso y un responsable cabeza de familia, acaba de cumplir el año más negro de su vida.