"Es una injusticia, los políticos tendrían que tener un poquito más de sentimientos hacia sus ciudadanos; este es un club que sólo se dedica a hacer el bien a los niños, pero las condiciones en las que éstos tienen que entrenar o competir son tercermundistas", dice uno de los entrenadores del Club Independiente de Camp Redó, Tolo Ferrer, respecto al estado del campo de fútbol de La Antoniana, donde entrenan las inferiores del mencionado club. El campo es de tierra, no tiene césped, y cada vez que llueve se convierte en un lodazal. "Ya no es una cuestión deportiva sino humana: hay días en los que hay tanto barro y tantos charcos que tenemos que salir a correr por las calles de la ciudad porque en la cancha es imposible entrenar", describe. "Y en verano, si hay viento, la tierra se mete en los ojos de los jugadores", ejemplifica.

Los terrenos de la Antoniana pertenecen a la Universitat de les Illes Balears (UIB), que ha cedido el uso gratuito de la cancha y las instalaciones anexas a los niños y jóvenes que entrenan allí (14 equipos de las inferiores). Pero pese a la solidaridad de la UIB, el campo de fútbol no es municipal, y por eso se quedó al margen de la iniciativa que comenzó en 2003 por parte de Cort para dotar de césped artificial a todos los campos de fútbol de Palma. Esta semana, el grupo municipal del PP ha pedido a la alcaldesa Aina Calvo que inicie los procedimientos necesarios para llegar a un acuerdo con la UIB que también permita dotar de césped artificial al campo de fútbol de La Antoniana, casi el único con suelo de tierra. Mientras tanto, el Camp Redó sufre un silencioso pero imparable éxodo de jugadores.

"Cada vez nos cuesta más formar equi-pos porque los padres prefieren llevar a sus hijos a un campo de fútbol con césped -explica el entrenador Tolo Ferrer-, y es comprensible porque aquí entrenamos como en el tercer mundo. Yo entiendo que un niño o un joven se canse de jugar aquí, y entiendo que un padre aspire a que su hijo juegue en un campo de césped y no de barro". Y agrega: "Si seguimos así, el club base tal como lo conocemos va a desaparecer y eso sería una pena porque somos como una gran familia". Durante la pasada legislatura, se habían iniciado una serie de conversaciones con la UIB para conseguir que el campo de fútbol de La Antoniana tuviera las mismas condiciones que los otros de titularidad municipal. Los intentos no fructificaron y, mientras tanto, las instalaciones donde entrenan los equipos del Club Independiente Cam Redó continúan en una situación que principalmente perjudica a los niños y jóvenes que juegan en ella.

El semáforo de la calle Pere Cafaro, que permite girar a la derecha para coger la carretera de Sóller, dura en verde sólo 15 segundos y casi un minuto y medio en rojo. Los atascos que se forman son desesperantes.