Ubicado para no causar impacto visual desde el mar, con un sistema domotizado para evitar gastar luz innecesariamente, con un parking subterráneo ventilado gracias a una cascada de agua natural y patios ingleses, y con azoteas cubiertas de jardines ecológicos y 400 metros de placas solares integradas. La nueva sede de Gesa-Endesa quiere ser pionera medioambientalmente. "Tenemos que dar ejemplo", dice el arquitecto, Miguel Arenas.

La construcción del edificio de oficinas de la compañía eléctrica se encuentra en su fase final. Los 611 trabajadores de la actual sede, ubicada en la calle Joan Maragall, se trasladarán a Sant Joan de Déu a partir de septiembre y tienen como plazo límite diciembre, según el convenio de reurbanización de la fachada marítima de Llevant. Por eso van a todo ritmo los alrededor de 200 fontaneros, electricistas, pintores, albañiles, cristaleros y demás obreros. Siempre siguiendo el proyecto arquitectónico, en el que su autor ha intervenido "de principio a fin", una de las pocas ocasiones de su carrera en las que ha tenido esa oportunidad. Y sin trabas por parte de la compañía "para primar el aspecto ecológico sobre el económico", destaca. El resultado es un edificio sostenible que le ha valido el reconocimiento unánime de la Comisión Balear de Medio Ambiente.

Integración

Pese a que la superficie del solar, de 85.962 metros cuadrados entre el Coll d´en Rabassa y es Carnatge, permitía que el edificio principal contase con vistas al mar, Miguel Arenas decidió ubicarlo siguiendo la trama urbana del barrio, lindante a la calle Sant Joan de Déu, "para evitar su impacto visual desde la costa y alejarlo al máximo de la zona protegida de es Carnatge", según sus palabras.

La sede social tiene tres plantas y mide 27 metros de ancho por 188 de largo. En el centro del solar ha ubicado el futuro museo de Gesa y el centro de control de toda la red eléctrica de Balears, con una sola altura y que está "prácticamente a la misma rasante que es Carnatge", tal como detalla.

Además, para no interferir en este espacio público protegido se plantará, lindante a él, un bosque de coníferas en casi 10.000 metros cuadrados de solar.

Efecto termodinámico

En los dos aparcamientos para usuarios que habrá en el exterior, uno de 133 plazas y otro de 513, se plantarán alcorques. Sin embargo, el estacionamiento más novedoso es el de los trabajadores, con 332 plazas. Para no gastar energía con el sistema de ventilación, ya que se trata de un parking subterráneo, el autor del proyecto ha ideado un método de ventilación natural.

Explica que, en la fachada de Sant Joan de Déu, ha creado una serie de patios ingleses para que el aparcamiento tenga ventilación; y junto a la fachada del interior, bajo rasante, habrá un estanque con una cascada de agua que provocará un efecto termodinámico para que el parking subterráneo se ventile de forma natural.

Todo para ahorrar electricidad, como los grandes ventanales y el sistema domotizado, que calcula "en qué zonas de los edificios entra más luz natural en función de la hora del día, para aplicar más o menos intensidad", especifica. El aislamiento acústico y térmico se ha optimizado al máximo, ya que "así se necesita menos electricidad para calentar y refrigerar y, por lo tanto, hay menos gasto". Además, habrá un punto verde, aljibes para almacenar las aguas pluviales y utilizarlas para regar, y jardines en las azoteas de los dos edificios de oficinas -uno se construirá en una segunda fase- y el futuro museo, ya que "mejorará la fachada de la isla por la entrada desde el aire, al estar prácticamente en la cabecera de la pista del aeropuerto", dice.

Funcionalidad

El aspecto medioambiental no es el único que destaca su autor, sino también "su funcionalidad". Para ello se basó en la actual sede de la calle Joan Maragall, el edificio protegido como Bien de Interés Cultural (BIC) obra del arquitecto José Ferragut Pou.

"Diseñé el interior al estilo del actual, con espacios diáfanos y una gran versatilidad en cuanto a su distribución interior". Comenzó estudiando la ergonomía -cómo trabaja la gente, sus condiciones de iluminación y confort- y definió los espacios versátiles, debido a que "es una empresa dinámica, con constante movimiento y rotación de trabajadores"; y amplios, con techos altos para "aprovechar la iluminación natural".

Ahora que llega el final de la obra, le toca el turno al mobiliario, diseñado acorde con el interior.

Como gesto simbólico y por su gran valor, también aprovecharán la actual mesa de las reuniones del consejo de administración y la que existía cuando la sede de Gesa se encontraba en el Born.