El abandono se aprecia incluso antes de entrar. Las letras de hierro oxidado que indicaban la entrada a un parque municipal yacen olvidadas en el fondo del foso. Sin embargo, el antiguo recinto militar situado en el Coll d´en Rabassa tendrá una nueva cara el próximo año. La Torre d´en Pau será reformada tras el verano. Después de mucho tiempo convertido en "territorio de nadie", como dijo el regidor de Infraestructuras, Francisco Donate, el parque de 21.173 metros cuadrados se reabrirá en 2009. Las viejas dependencias militares del subsuelo -otros 20.424 metros- deberán esperar un poco más.

Todavía no saben qué usos tendrán, aunque hay cabida para todo. "Está calificado como equipamiento sociocultural, aunque admite gran variedad de destinos", en palabras del autor del proyecto de rehabilitación (presupuestado en unos 200.000 euros), el arquitecto Federico Climent.

La visita que realizaron ayer por las diversas dependencias subterráneas -ocho polvorines, una sala de acuartelamiento y tres almacenes de armas- sirvió para que se hiciesen una idea de las múltiples posibilidades que ofrece este recinto construido a finales del siglo XIX: Desde crear salas de proyecciones y exposiciones hasta locales de ensayo de grupos musicales. Sin embargo, no hay nada decidido.

En el exterior, los jardineros siguen cuidando el césped y los fondosos pinos a la espera de que los niños vuelvan a llenar el parque, cerrado debido a que "había problemas de seguridad e higiene", según el regidor.

Precisamente su construcción como fortín militar se llevó a cabo por la falta de seguridad existente en la parte central de la bahía de Palma, ya que con los cañones de las fortalezas de Cap Enderrocat y San Carlos no se podía cubrir toda la bahía.

Uno de los cambios cuando se realice la reforma, que durará dos meses, es la desaparición de la pasarela de madera que cruza el parque, porque es peligrosa. Además, se sustituirán todas las instalaciones obsoletas.