A pesar de que en el Club Náutico de Cala Gamba el clima social está "enrarecido" desde hace años, a causa de diversos conflictos anteriores, la gota que colmó el vaso fue que, el día después de la última asamblea general, se supo que los directivos iban a instalar varios pantalanes flotantes para ampliar ligeramente el número de amarres. Un grupo de socios inició una recogida de firmas con el objetivo de presentar una moción de censura, motivo por el cual el presidente ha dimitido, según los opositores.