La funeraria Lloret-Ortega, que presta sus servicios en Sóller, proyecta romper el monopolio que en la práctica sigue ejerciendo en Palma la Empresa Funeraria Municipal y construir un tanatorio en un solar del polígono de Can Valero. Una iniciativa que, de prosperar, podría significar la "puntilla" para la funeraria municipal, sumida en una "delicada" situación económica que, según la última auditoría externa, es de "quiebra técnica".

Un portavoz de la empresa, Carlos Pérez Lloret, confirmó a DIARIO de MALLORCA que ya se han tenido los primeros contactos con los responsables de Urbanismo de Cort, en concreto con la concejala Yolanda Garví, con el fin de plantear la posibilidad de modificar el planeamiento urbanístico actual y permitir nuevas ubicaciones de empresas de servicios funerarios, además de unos parámetros de construcción similares a los utilizados por la funeraria municipal en Son Valentí.

El proyecto contaría con 15 velatorios (Son Valentí dispone en estos momentos de seis) y la inversión prevista es de entre 6 y 9 millones en función del coste de los terrenos. Si bien la propuesta parte de la funeraria de Sóller, Carlos Pérez Lloret confirmó que cuenta con otras empresas del ramo interesadas en el proyecto, entre las que se incluyen aseguradoras e inversionistas privados.

Los contactos con Urbanismo pretenden que se pueda acabar con la situación actual, que atribuyen a un intento de la Funeraria Municipal de evitar la competencia de las empresas privadas, pese a que desde 1997 los servicios funerarios están liberalizados en toda España.

En estos momentos el único solar en los que se permite el uso funerario, está situado en el polígono de Can Valero y sospechan que es porque a los anteriores responsables municipales "se les pasó". La normativa urbanística y la ordenanza municipal que regula los servicios funerarios también suponen una cortapisa para la libre competencia. En este caso obliga a construir todas las instalaciones de los servicios funerarios en planta baja, algo que no fue atendido por la funeraria municipal cuando construyó sus instalaciones en Son Valentí.

Otra dificultad, según los promotores del proyecto privado, estriba en la imposibilidad actual, en aplicación de la normativa autonómica de Policía Sanitaria Mortuoria y de la propia ordenanza municipal, de construir un horno crematorio fuera de los cementerios, hecho que les impide en estos momentos que su proyecto, además de los servicios de velatorio, dé también los de incineración de cadáveres. Esta situación no se da en otras comunidades autónomas.