Su familia es dueña del hotel Ciudad Jardín y la concesionaria de la playa del mismo nombre que ayer, por primera vez, obtuvo una bandera azul.

-¿Costó mucho trabajo?

-Sí, desde siempre hemos luchado mucho tanto por la playa como por el hotel, que es ya un clásico de la zona.

-¿Qué siente por ella?

-Imagínese, desde niña siempre he veraneado en Ciudad Jardín. Mi padre empezó todo en 1918 y por ello es una zona entrañable para mí.

-¿Qué recuerda de esos años?

-Cuando se comenzó a edificar el hotel no había ninguna otra construcción en la zona. Y la playa hubo que drenarla, porque estaba llena de piedras.

-De ese drenaje, a una bandera azul...

-Es un honor para mí verla ondear pues hemos hecho un trabajo muy duro hasta hoy. No sólo yo, sino también mis hijas María Antonia y Gabriela, y mi yerno Miguel Ángel.