El ex concejal de Urbanismo en Cort, Javier Rodrigo de Santos, acusado de malversación de fondos públicos en clubes de alterne homosexuales, se sometió ayer a una prueba capilar y a un primer análisis psicológico para determinar que es adicto a la cocaína, condición que ratificó ante los forenses Antonio Siquier y Emilia Salas, y el psicólogo Javier Torres. Éstos le realizaron diversas preguntas a De Santos, quien las fue respondiendo en la medida de lo posible, según pudo saber este periódico.

Para realizar estas pruebas médicas De Santos permaneció en la Clínica Forense de los juzgados de Palma durante casi una hora y media.

En la clínica los forenses -que previamente estudiaron los informes médicos presentados por la defensa, y en los que ha participado un antiguo forense de Madrid- le arrancaron varios cabellos para un posterior análisis, que determinará el grado de adicción a la cocaína del ex edil y desde cuándo la consumía, aspecto que el abogado de su defensa, Bartolomé Vidal, podría llegar a presentar como atenuante para justificar los hechos de los que está acusado el ex teniente de alcalde de Cort.

Ello se sumaría a otro de los atenuantes que le será reconocida a la defensa, como es la devolución de los fondos sustraídos o malversados por el ex regidor, que reintegró a mediados del pasado mes de marzo 50.804 euros que había sustraído de las arcas municipales y que gastó en clubes de alterne homosexuales, tal como él mismo reconoció.

Entre finales de este mes y principios del próximo, Javier Rodrigo de Santos deberá presentarse dos veces más para ser explorado por los forenses y el psicólogo. Este último eludió hacer declaraciones respecto al contenido de la entrevista personal mantenida con el ex regidor y aseguró que la información, "si se considera oportuno", se brindará cuando se hayan realizado todas las pruebas.

Quienes también eludieron hacer declaraciones fueron el propio De Santos y su abogado, quienes entraron y salieron por la puerta principal que conduce a la Clínica Forense seguidos, aunque a una distancia prudencial, por la esposa del ex edil, quien optó por salir por la puerta trasera de la clínica. De Santos lució su aspecto más desconocido, con una actitud compungida, muy cabizbajo, abatido y avergonzado. Vestido de sport, el ex edil descartó el uso de traje y corbata, y no lucía el marcado bronceado de su anterior visita a Palma.

Allegados al ex edil aseguraron que éste se encuentra "muy hundido" e incluso algo deprimido debido a la intensidad del tratamiento de desintoxicación a la cocaína que está realizando de manera ambulante en una clínica de Madrid, tratamiento que incluye la prescripción de medicamentos. Y a que, poco a poco, Javier Rodrigo de Santos va tomando consciencia del alcance de los hechos y de su situación.