Javier Rodrigo de Santos, el ex edil de urbanismo del anterior Ayuntamiento de Palma del PP investigado por presunta malversación de fondos públicos por el uso abusivo de una tarjeta de crédito municipal para pagar servicios privados en clubes de alterne homosexuales, adelantó ayer, sorpresivamente, su comparecencia judicial, prevista para hoy. De Santos, para tratar de eludir a la prensa, llegó ayer a los juzgados de Vía Alemania hacia las ocho de la mañana, se negó a declarar alegando razones de salud, salió en libertad y regresó poco después a Madrid, acompañado de su esposa María Luisa de Miguel y de su hermano Eduardo.

Javier Rodrigo de Santos, que la pasada Semana Santa ingresó en una clínica privada madrileña para someterse a tratamiento de las severas adicciones al sexo duro y la cocaína que sufre, había sido citado para hoy en instrucción 5, que investiga la querella formulada por la fiscalía anticorrupción contra él. Sin embargo, tanto la magistrada Ana María San José, como la fiscalía anticorrupción, accedieron a adelantar esta comparecencia a ayer para tratar de preservar la imagen de De Santos ante la previsible masiva presencia de medios de comunicación que hoy se esperaba en los juzgados de Vía Alemania.

Presencia voluntaria

Oficialmente el cambio de fecha, que cogió por sorpresa al decanato de los juzgados de Palma y al gabinete de prensa del Tribunal Superior de Justicia, y que causó indignación y severas críticas entre jueces, fiscales y funcionarios judiciales por el supuesto trato de favor, se debió a una petición de Javier Rodrigo de Santos, defendido por Bartolomé Vidal.

El querellado llegó a la trasera de los juzgados en un automóvil, que le esperó en la calle Parelladas. De Santos apenas estuvo unos minutos en instrucción 5 y presentaba un buen aspecto. El ex edil de Urbanismo compareció trajeado y con corbata y con algo de bronceado.

Como ya había adelanto DIARIO de MALLORCA, el imputado por presunta malversación se acogió a su derecho a no declarar, alegando que sus adicciones al sexo y a las drogas no le permiten, por el momento, explicarse correctamente.

De Santos, no obstante, sí que hizo ayer una especie de admisión de los hechos que se le imputan: pagar con una tarjeta de la Empresa Municipal de Obras y Proyectos Urbanos de Palma (EMOP) numerosos servicios particulares en clubes de alterne homosexuales. Horas después de la interposición de la querella contra él (el pasado 12 de marzo), De Santos, a quien su familia ha arropado desde el comienzo del caso, devolvió al Ayuntamiento 50.804 euros presuntamente malversados y prometió reintegrar otras cantidades similares que puedan aparecer.

Javier Rodrigo de Santos también insistió ayer en sede judicial en pedir disculpas públicas por estos hechos. El ex edil quedó en libertad y regresó a Madrid para seguir su tratamiento.