"Era un buen cliente, un cliente conocido, venía al establecimiento y pagaba sus juergas con chicos y chicas con la visa", ha declarado ante la Policía Nacional Alfredo Gómez Ribada, propietario del ahora famoso club de alterne palmesano ´Casa Alfredo´ y uno de los principales testigos de cargo contra Javier Rodrigo de Santos, el ex teniente de alcalde de Urbanismo en el anterior consistorio del Partido Popular acusado de presunta malversación de fondos continuada por usar una tarjeta de crédito municipal para gastos privados.

Alfredo Gómez hizo hace algunos días sus primeras declaraciones en el sumario, que empezó a instruir la fiscalía anticorrupción de Balears tras recibir en febrero pasado una denuncia de la actual alcaldesa de Palma, la socialista Aina Calvo, que también ocupa la concejalía de Urbanismo dejada vacante por el imputado.

La querella de anticorrupción atribuye al antiguo concejal conservador el gastarse, por lo menos, 50.804 euros en vicios privados con una tarjeta bancaria vinculada a una cuenta corriente de la Empresa Municipal de Obras y Proyectos Urbanos de Palma (EMOP), que presidía el propio De Santos.

Mujeres y hombres

Según las pesquisas realizadas por los fiscales, y corroboradas en parte por la Policía Nacional, el regidor del PP se gastó entre enero y octubre del 2006 al menos 28.488.79 euros por 81 servicios en la casa de masajes Alfredo, un club situado en la calle Ramon Servera Moya, 29 de Palma. En el mismo local, el querellado pagó, entre enero y junio del 2007, otros 37 servicios por un total de 20.349 euros. En noviembre del 2006 hay comprobados otros 6 pagos en el mismo local por 1.330 euros.

El propietario de Casa Alfredo no ha tenido ningún reparo en reconocer que el político del PP era un cliente habitual y que abonó con la visa municipal "las juergas que se corría con chicos y chicas del local". Este testimonio introduce una novedad en el caso, puesto que hasta ahora se había acusado a De Santos, defendido por Bartolomé Vidal, de pagar con la tarjeta oficial servicios sexuales únicamente de chicos. Gómez Ribada explicó a los funcionarios policiales que "conocíamos al cliente como Javier o Javier Rodrigo y por eso no le pedíamos el DNI para comprobar que correspondía con el titular autorizado para usar la tarjeta de crédito". El dueño de Casa Alfredo no fue interrogado sobre si el edil visitaba el local acompañado por otras personas y si les invitaba con la visa. Probablemente, Alfredo Gómez tendrá que ampliar su declaración ante la jueza.