La vida privada de las personas no es noticia si no se predica públicamente lo contrario de lo que se hace. La vida privada no interesa a nadie si no se sufraga con fondos públicos. Rodrigo de Santos deberá responder ante la Justicia por la presunta defraudación del dinero de todos. En cambio, Catalina Cirer tendrá que dar explicaciones ante los ciudadanos sobre su gestión al frente del Ayuntamiento de Palma. ¿Cómo es posible que se utilizara una tarjeta de crédito municipal sin que nadie fiscalizara los gastos? ¿Cómo se pudieron presuntamente gastar 2.500 euros al mes sólo en clubes de alterne sin que la alcaldesa pusiera coto al despilfarro? ¿Por qué se era tan poco escrupuloso en el control del dinero de todos los palmesanos? Catalina Cirer debe explicarlo.