Dentro del programa ´Palma, ciudad educativa´, promovido por el Área de Educación, Igualdad y Derechos Cívicos del ayuntamiento de Palma, un nutrido grupo de niños visitó ayer el Parc de Bombers de Palma, con el fin de acercarse al día a día de estos trabajadores y recibir información sobre qué se debe hacer en caso de incendio o de alguna otra emergencia.

El fin de este programa es fomentar actividades para las familias durante los fines de semana. Ayer, niños y padres recorrieron las instalaciones del parque, se subieron a las autobombas, presenciaron un simulacro de rescate de altura y también el del incendio de un coche, cuyas llamas fueron apagadas con espuma, situación que enloqueció de alegría a los niños. No en vano, la frase más escuchada al acabar la visita era: "¡Mamá, papá, quiero ser bombero!".

Antes de dicho recorrido, los bomberos emitieron un video informativo, cuya ´estrella´ era En Xop, bomber, una mascota que comenzó diciendo: "Cuando era pequeñito quería ser bombero, como todos los niños. Ahora que soy bombero, sé que extinguir incendios no es nuestra única tarea, ni siquiera la más importante".

Así, Xop fue explicando a los niños que los bomberos también tienen otras tareas importantes como las de salvamento, auxilio o rescate de personas y animales. Les enseñó que para ello se valen de las autobombas, de las furgonetas e, incluso, de una lancha neumática. Xop también hizo hincapié en que los bomberos deben hacer gimnasia todos los días para estar en forma y que siguen yendo a clases para aprender cosas nuevas.

Antes de finalizar el vídeo, les recordó que en caso de incendio siempre hay que seguir las instrucciones de los mayores y nunca volver atrás solitos, y que hay que ir de prisa pero sin correr. El momento de mayor excitación fue cuando los niños pudieron probarse tanto la ropa de los bomberos como su equipo de respiración. La cola era inmensa pues nadie se lo quiso perder, e incluso hubo quien repitió la experiencia.

La campaña ´Nadal a sa Gerreria´ no ha ido del todo lo bien, según los comerciantes y vecinos de la zona. Ello se debe, aseguran, a las grandes complicaciones de acceso que tiene la zona, a la falta de aparcamientos y, lo que es más importante, a que el barrio aún no se puede sacar el "sambenito de zona conflictiva y llena de drogadictos", según afirmó ayer un artesano.

Muchos comerciantes de la galería subterránea de la Plaza Mayor están que trinan, pues aseguran que "en casi todos los mercadillos de Navidad que hay actualmente en Ciutat se venden bolsos o complementos falsificados sin que nadie lo impida". "Si nosotros hacemos lo mismo, automáticamente nos clausuran el local", aseguró a este periódico la presidenta de la Asociación de Comerciantes de Plaza Mayor, Catalina Arade.