Sant Jordi, aunque es un barrio de los más alejados de Palma capital, es para la mayoría de sus habitantes un auténtico pueblo. Su plaza principal está dedicada al sacerdote palmesano Francesc Planas Muntaner, que fue nombrado obispo de Eivissa, siendo un lugar con importantes funciones sociales, de ocio y mercantiles a lo largo del año.

Es la gente de más edad la que recuerda al obispo Francesc Planas Muntaner, nacido en 1904 en Palma, donde falleció en 1985. Estudió para sacerdote en el Seminari Vell de Palma, pasando posteriormente a Roma, estudiando en la Universidad Pontificia Gregoriana, doctorándose en Filosofía y Teología, además de licenciarse en Sagradas Escrituras. Es en la Ciudad Eterna en donde es ordenado sacerdote, en 1927. Siendo por segunda vez vicario de la Diócesis de Mallorca, en 1960 fue consagrado en la Seu de Mallorca obispo de Eivissa. Fue uno de los primeros isleños en darse cuenta de los cambios sociales y espirituales que ya comenzaba a producir el turismo. Fue gran propulsor de Càritas. También tuvo relación con los medios informativos isleños, pues fue gran impulsor de Ràdio Popular, a la vez que se convirtió en conocido articulista, publicando especialmente en Correo de Mallorca.

Es curioso que las dos calles que limitan sus flancos estén dedicadas también a dos sacerdotes mallorquines, los ecónomos Roselló y Caldentey, vinculados en su momento con la parroquia de Sant Jordi. Este espacio público, casi un cuadrado perfecto, tiene frontera con el Camí de Sant Jordi. En la esquina con esa última vía, que atraviesa Sant Jordi y lo divide en dos zonas, se alza un edificio de típicas líneas mallorquinas, con una torre mirador dominante, desde la cual se domina esta barriada, el mar cercano, el aeropuerto y todo lo que la rodea. Aunque tiene aspecto de gran casa particular, desde 1976 es colegio público, llevando el nombre de esta zona extrema de Palma.

En la plaza del Bisbe Planas se le toma el pulso a Sant Jordi. Un lugar de encuentro y tertulia sigue siendo el bar y restaurante Ca´n Quirante, situado en la calle Ecónomo Caldentey, frente a la papelería que hace esquina con la plaza del Bisbe Planas, situada en un edificio que la resguarda. Caminando hacia su otra esquina se encuentra una ferretería. En un piso de la parte que da a la calle Ecónomo Rosselló se anuncia una peluquería.

Para uso de grandes y chicos, este espacio dispone del correspondiente mobiliario urbano, con unos bancos de piedra, amplia iluminación y papeleras. Los edificios más altos de esta plaza llegan a las cinco alturas. En cuanto al tráfico, este es intenso, además de tener ocupado su perímetro por vehículos aparcados.

En esta plaza y alrededores tienen lugar una serie de celebraciones, destacando la Fira de Sant Jordi y una serie de manifestaciones públicas.