Sara González preside la asociación juvenil Barri y critica la gestión actual de los casals de joves porque considera que es una forma de privatizar una actividad pública.

-¿Cuántos socios forman parte de esta entidad?

-Unos treinta socios que tienen de 17 a 30 años de edad. Se constituyó en el año 2000. Pertenece al movimiento laico y progresista de Balears y a la Federación de Casals de Joves de Cataluña.

-¿Por qué decidieron unirse?

-Consideramos que la gente que forma parte de entidades que trabajan en la calle es la que debe gestionar los casals de joves municipales. Ahora no tenemos ni siquiera una sede donde reunirnos.

-¿Cómo define la gestión actual de los casals de joves?

-Criticamos esa gestión porque la realizan empresas prestadoras de servicios y es una forma de privatizar una actividad pública. La gestión tiende a la privatización. Pedimos lugares de ensayo para grupos juveniles. Hemos celebrado un concurso de fotografía y organizamos encuentros de ping pong.