A finales del pasado mes de mayo se abrió al público el nuevo parque de Son Dameto, situado entre las calles Martí Boneo y Antoni Riera i Xamena, pero con muchos de sus elementos y servicios ´a medias´ si se realiza una observación minuciosa de este espacio. Los usuarios son mayoritariamente los residentes de esta población y pasadas unas semanas ya pueden realizan su propia valoración.

Lo cierto es que se puso en funcionamiento sin tenerlo completamente acabado. Cristòfol Ferragut vive en esta barriada desde hace diez años y tiene su casa frente al parque. Ayer acudió con su nieto pequeño y su perra.

Sólo hay una zona de juegos infantiles que por las tardes está saturada, ya que un tobogán y dos caballitos dan para poco. Por ese motivo algunos de los espacios de vegetación y para hacer gimnasia destinados a la tercera edad, más cercana a la calle Martí Boneo, o incluso viales, podrían haberse aprovechado para poner más áreas para los pequeños, según este vecino de Son Dameto. "Parece que tengas que pedir turno para usar los juegos", se queja Ferragut.

La falta de áreas con sombra hace huir a los potenciales usuarios. "Tenemos que esperar a que los árboles crezcan y mientras tanto es imposible venir aquí por las mañanas", señala Ferragut. En su opinión, los árboles tendrían que haberse colocado junto a los bancos y, al contrario, están alejados. De los antiguos que estaban allí antes de ejecutar las obras se han mantenido algunos algarrobos, acebuches y olivos. El cerramiento con seis entradas de que consta el parque carece de letreros informativos sobre horarios de apertura y cierre al público y la prohibición de entrada de perros, tal como había pedido la asociación de vecinos de Son Dameto. En la zona sur han puesto un pipican que en la mayor parte de las ocasiones carece de bolsas para recoger los excrementos. Ante la falta de carteles es habitual ver canes sueltos. Algún dueño los mete en los estanques de agua que hay en este recinto.

Francisco López es uno de los que lleva a su perro a pasear a este parque y para por el pipican. Reconoce que se ha abierto con mucha prisa. "Recuerdo que hace unas pocas semanas todavía estaban trabajando", dice, mientras señala el amplio solar vallado, que está dentro del parque que se destinará a construir la iglesia parroquial de Son Dameto.

Este parque de más de 13.000 metros cuadrados en el que se han invertido más de un millón de euros se caracteriza por estar estructurado mediante muros de marge para salvar los desniveles del terreno. La falta de farolas es otra de sus carencias y las fuentes llevan más de una semana averiadas.

La parte del bosque de Bellver situada en la puerta de entrada del Terreno está degradada en relación al resto de este espacio arbolado. Los vecinos advierten del peligro que supone que carezca de servicio de guardia de seguridad que vigile la entrada de visitantes y cualquier conato de fuego.