Algún vecino de la calle Bisbe Perelló recuerda que había más movimiento por esta vía antes de cambiarse el sentido del tráfico. No hace tantos años, circulando por la avenida Alexandre Rosselló, dejando atrás la plaza de Espanya, se podía girar a la derecha y así enfilar la calle Bisbe Perelló saliendo a la plaza del Comtat del Rosselló. Ahora se circula al revés, saliendo así a las avenidas.

El sacerdote Francisco Cobo es uno de los más veteranos residentes de esta céntrica calle palmesana en cuyas entrañas, por estar situada junto al desaparecido recinto amurallado que rodeaba Palma hasta hace algo más de un siglo, no sería raro encontrar algún vestigio del pasado si se excavara. Este religioso nos recuerda la figura del Bisbe Perelló, que da nombre a la vía en cuestión. El Bisbe Perelló perteneció a los padres misioneros de los Sagrados Corazones, orden fundada por el mallorquín Joaquín Rosselló.

Se trata de una vía corta sin bocacalles. En los últimos años han desaparecido comercios, siendo sustituidos por otros. Actualmente dispone de dos bares, siendo uno de los más recientes una moderna peluquería y servicio esteticista. Al otro lado de la calle, junto a la puerta de emergencia del bingo que ocupa lo que fue El Balear, que fue circo, teatro y cine, entre otras cosas, se encuentra otra sala esteticista. También cuenta con varias sucursales bancarias y diversas oficinas, una de ellas de fincas. Hace un tiempo se instaló en esta calle un establecimiento dedicado a los modelistas y maquetistas.

Hay vecinos y comerciantes de la calle Bisbe Perelló que piensan que si hubiera más comercios en la misma zona habría más animación. Aunque entre las diez y las doce del mediodía se aprecia una presencia importante de gente, especialmente trabajadores, oficinistas y funcionarios de la zona, girando especial ente alrededor de los dos bares citados. En cambio, a media tarde, la calle tiene poca presencia de peatones. En cambio, el paso de vehículos por su calzada se mantiene hasta bien entrada la noche.

Si retrocediéramos en el tiempo, regresando a los años en que en el vecino Balear recibía varias veces al año la visita de compañías de revista, especialmente del sello Colsada, la calle Bisbe Rosselló presentaba unas madrugadas muy animadas. En esas madrugadas, una vez finalizaba la función de noche, no faltaban admiradores de las chicas del conjunto que las esperaban por la salida lateral del Balear, que daba a esta calle. En aquellos tiempos fue una calle conocida por artistas de la época, pues por ella se accedía a la zona de camerinos. También por ella se descargaban los animales de circo.

Aun quedan en esta calle edificaciones más o menos centenarias, incluidas varias de dos plantas. Las principales edificaciones son diferentes fincas en donde conviven residentes y despachos. En esta calle no suelen verse residentes de otras nacionalidades.

Hasta hace unos años en la calle Bisbe Perelló se podía aparcar, al menos en una de sus bandas. Una situación que echan de menos vecinos y gente que frecuenta la calle, pues consideran que los aparcamientos cercanos son caros.