"La práctica es muy compleja, todo son problemas y continuas dificultades. Hay que superar numerosos obstáculos, porque aunque nuestra labor es ayudarles, en medio está la ley de extranjería", como explica la mediadora social intercultural Zhora Laaroussi, que trabaja en las islas desde 1998 y tiene una amplia experiencia anterior en la mediación con inmigrantes, ya que estuvo en diversas localidades de Andalucía, incluido El Ejido.

Ayer participó en la jornada organizada por el Ayuntamiento sobre los conceptos teóricos e introducción a la labor de este colectivo. Dio su visión práctica, como lo hizo el mediador Miquel Far, uno de los cinco contratados por Servicios Sociales y que desde hace dos meses trabajan para "acercar la población foránea a la nueva realidad", y viceversa.

"Por ahora, hemos dado a conocer este servicio", detalla Miquel. "Hemos hecho reuniones con las diversas asociaciones de inmigrantes y entidades como la Policía Local". No obstante, el mediador reconoce que "desde el principio, comenzaron las demandas, sobre todo para hacer labores de traducción e interpretación cultural", según sus palabras.

Otras tareas habituales son acompañar a inmigrantes que tengan alguna dificultad o derivarles a los servicios que requieran. La regidora de Servicios Sociales, Margalida Ferrando, destaca que "es básica la buena colaboración entre los profesionales de las distintas áreas, como trabajadores sociales, educadores de calle, etc. y el conocimiento de los recursos existentes".

Los mediadores socioculturales deben explicar a los inmigrantes qué servicios municipales tienen y qué derechos, como remarca Ferrando. Según Zhora Laaroussi, pese a que la mediación se ha introducido muy tarde en las islas, "es muy positivo que haya un reconocimiento por parte de la administración, porque da estabilidad a los trabajadores".

Quiere decir que son los ayuntamientos quienes han impulsado esta figura, y no las ONG, como ocurre en otras ciudades españolas.

La muestra organizada por segundo año consecutivo no sólo incluye una jornada sobre mediación intercultural. En Palma, ciutat del món, todos los ciudadanos que quieran podrán asistir a las proyecciones cinematográficas Oriente es oriente (22 de octubre en el Renoir), Sólo un beso (27 de octubre) y Princesas (3 de noviembre), así como un concierto a cargo de los músicos Nour Eddine y Cris Juanico (31 de octubre en el teatro Xesc Forteza) y un recorrido por las calles de las tres culturas que han conformado Palma (29 de octubre).

En noviembre, se realizará una jornada sobre violencia doméstica "con el objetivo de informar y sensibilizar a la ciudadanía sobre esta grave problemática que afecta a toda la sociedad" y un partido benéfico por la interculturalidad y cuyos beneficios se donarán para ayudar a los damnificados de Pakistán y Guatemala.