El sentimiento de pertenencia a un pueblo se percibe en el mismo momento en que se pisa es Pil·larí. Los más de 1.200 residentes de este núcleo urbano se tratan como una familia.

Forman parte de Palma. Sin embargo, creen que están alejados de su administración porque, por un lado, no se solucionan gran parte de sus necesidades y, además, todavía esperan "ser recibidos por la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer", tal y como aseguran desde la asociación vecinal que preside Miguel Mañogil.

"Cirer dijo que visitaría todas las barriadas y que quería para todos los vecinos de Palma lo mismo que para sus hijas. La última vez que estuvo aquí fue como delegada del Gobierno en una cena que celebró el Partido Popular", explica Mañogil. Seguro que si Cirer visitara hoy esta zona recibiría todo un listado de peticiones vecinales que suponen rescatar proyectos de dotación de nuevas infraestructuras de la anterior legislatura sin ejecutar.

Planes

Entre estos planes destaca la construcción de unas cuatrocientas viviendas por parte del Instituto Balear de la Vivienda (IBAVI) en un solar situado junto a la escuela pública de es Pil·lari, en el camí de Son Fangos.

"Esta nueva urbanización creará la necesidad de un mayor número de servicios del que carecemos en la actualidad", indica Pedro Medina, vicepresidente de la entidad vecinal.

Cerca de estos mismos terrenos está previsto ubicar un centro de salud que sustituirá a la actual unidad básica de la calle Roncal. Fue inaugurada a principios de marzo del año pasado por el entonces president del Govern, Francesc Antich. Este centro cuenta con una consulta de medicina de familia, enfermería y una sala de curas. El personal sanitario está compuesto por un médico de familia, una enfermera y un auxiliar administrativo.

No obstante, Pedro Medina considera que aunque la apertura de este centro provisional fue una mejora, aún se producen problemas de saturación. "Atienden a los residentes de s'Arenal y cuando los habitantes de es Pil·larí piden hora con algún médico, hay inconvenientes", resalta Medina.

Un centro social y cívico, que sirviera también como sede de la asociación vecinal, un polideportivo y un multiusos son otros de los espacios que está previsto construir en la zona.

El presidente Miguel Mañogil señala que el anterior ejecutivo de Cort manejaba unos proyectos pero con el cambio de gobierno "deben haberse quedado paralizados", afirma.

Los niños de es Pil·larí han de trasladarse a la Porciúncula para poder practicar deporte. Algunas veces para evitar ese largo camino hacia las instalaciones deportivas optan por la vía más fácil. "Saltan la valla de su colegio y juegan en el patio", asegura Pedro Medina.

Además de los pil·lariencs que viven en el núcleo urbano hay que contar con todos los residentes de las áreas de foravila que rodean es Pil·larí como es Horts, Camí de ses Barques o Can Alegria, que sobre todo los fines de semana visitan los establecimientos de esta zona.

El autobús de la Empresa Municipal de Transportes (EMT), que cubre el trayecto hasta s'Aranjassa y corresponde al número 31, pasa cada hora y deja sin cubrir las necesidades de los residentes. Los días festivos no hay servicio.

La entidad vecinal ha solicitado marquesinas en las paradas porque cuando llueve los usuarios carecen de un lugar donde resguardarse, pero desde la dirección de la empresa municipal les han asegurado que carecen de espacios en las que colocarlas.

Las carencias no sólo se limitan a la construcción de grandes infraestructuras sino a aspectos de los que siempre se quejan los barrios periféricos: el mal estado de las aceras y calzadas, la inexistencia en algunas calles principales de amplios paseos destinados a los peatones y la falta de una buena iluminación.

"Calculamos que desde hace seis años no se arreglan parte de las aceras y vías de es Pil·larí", indica Medina. Entre ellas, se incluyen el Camí de Muntanya y Camí de Son Fangos, dos de las entradas más destacadas al pueblo. En unos casos las aceras tienen roturas y en otros ni siquiera existen, como ocurre en Son Fangos, el principal acceso a este núcleo poblacional.

"El Camí de Muntanya se prolongaba hasta Lluc y es uno de los más antiguos de Mallorca, por lo que deberían cuidarlo", manifiesta Medina.

Paseos

La antigua estación del tren se encontraba cerca de la calle Jaume Olives. Ahora es una zona empedrada que los vecinos quieren recuperar mediante la construcción de un paseo.

La proximidad al mar permitía en otros tiempos a los pil·lariencs ir caminando a la playa sin problemas de seguridad. Los jóvenes todavía se aventuraban a andar hasta la Porciúncula. Sin embargo, ahora es diferente por la escasa iluminación que hay en la rotonda Riu, a la entrada del pueblo.

Hace tres años, con el Pla Mirall, se construyó una acera en esta rotonda y se acordó también la instalación de nuevas farolas que dieran una luz más potente. Todavía no se han colocado y la asociación vecinal reclama la instalación de esta infraestructura para conseguir una mayor seguridad.

Los conductores se encuentran con unas pésimas vistas de es Pil·larí cuando se introducen en esta zona desde la autopista. "Es un solar rústico en el que no se pueden construir viviendas pero tampoco lo sanean. Da una imagen penosa", manifiesta Medina.

Si finalmente entran, se encuentran con un barranco situado al final de la calle Flecha Roca Barceló en el que se amontonan maleza y desperdicios.

"Si Cirer viniese aquí los vecinos podríamos explicarle todas estas necesidades", concluyen.

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el dato

Las protestas contra una perrera, la última demanda vecinal

La asociación vecinal de es Pil·larí surgió en los años ochenta y en la actualidad cuenta con un centenar de socios, aunque hay que añadir más colaboradores. La última protesta protagonizada por esta entidad fue en mayo pasado contra la perrera que el centro canino internacional quiere instalar en una finca del Camí de ses Barraques, junto a Cas Tamborer. "Si cumple toda la normativa no nos oponemos, pero debería estar a una distancia adecuada del núcleo urbano", indica el presidente, Miquel Mañogil.