Cada día a partir de las 21,30 horas los residentes que viven cerca de la Llotja deben soportar el espectáculo de luz y música que se inauguró a finales de abril en este edificio. Más de treinta focos iluminan la fachada y la cubierta al mismo tiempo que suena la pieza musical de la Sibil·la. Algunos vecinos han decidido protestar contra esta situación, que les provoca tantas molestias, colocando carteles en las fachadas de sus casas, en los que se leen imaginativas glosas del tipo: "Senyor Matas, de curtura no en tenim acabador" o "És tan grossa l'horterada de música i color que els veinats dins ca seva mal reventin de picor".

Uno de los vecinos que ha puesto estas pancartas en la plaza de la Llotja explica que, si no tenían suficientes ruidos provocados por los establecimientos de la zona, ahora tienen que soportar esta iluminación y música. Por eso han recurrido a la imaginación para criticar la situación. Recuerda que el día de la inauguración cortaron las calles y ni siquiera avisaron a los residentes. "Limitaron nuestra capacidad de movimientos y ni siquiera se disculparon", asegura.Un grupo de vecinos presentó una denuncia en el Ayuntamiento contra este espectáculo pero no recibieron ninguna respuesta.

Esta iluminación permite destacar los aspectos más importantes de este conjunto arquitectónico como el ángel que adorna el portal, las torres y los muros laterales, la corona y la fachada principal. Mientras este edificio recibe luz, los alrededores conservan los problemas de suciedad y ruidos que siempre ha padecido el Puig de Sant Pere por la concentración de establecimientos de ocio.

Can Maçanet es una calle cercana a Olmos, caracterizada por la presencia de numerosos edificios antiguos que se levantan sobre una vía estrecha. Ahora, una gran parte de estos inmuebles aparecen cubiertos por lonas para su restauración. En otras vías cercanas sucede lo mismo. Los propietarios optan por la modalidad de la rehabilitación cada vez con mayor frecuencia. El ayuntamiento de Palma también ofrece más ayudas.

Mientras Cort se plantea la ampliación de las calles afectadas por la zona azul de la ORA (Ordenanza Reguladora de Aparcamientos), algunas vías aparecen saturadas. En la calle General Ricardo Ortega y alrededores muchos conductores aprovechan la circunstancia de que no hay zona azul para dejar sus vehículos por tiempo indefinido, lo que provoca desigualdades entre barriadas.

En otras calles sin salida se crea un aparcamiento. Es lo que sucede en Joaquín Turina, cerca del parque de sa Fertilitzadora en el barrio de Son Oliva. Se trata de una vía abierta cerca de unos bloques de pisos de nueva edificación. Allí estacionan los vehículos incluso en el centro de la calzada. Algunos espacios de jardines y parques de este barrio son como grandes papeleras verdes en las que se concentran todo tipo de papeles y bolsas de plástico.