Carta de los lectores | Acceso a vivienda siendo autónomo

Construcción de un bloque de viviendas.

Construcción de un bloque de viviendas. / Eduardo Parra - Europa Press

Raul Martins

Palma

Soy Raul Martins, emprendedor autónomo en Palma. Llevo más de cinco años gestionando una lavandería autoservicio en Sant Agustí, que me genera ingresos estables -unos 3.000 euros netos al mes- y funciona sin empleados. Este año, con la llegada de mi primer hijo, me he visto obligado a tomar una decisión que no esperaba: poner en venta mi negocio para poder intentar comprar una vivienda familiar.

 No por capricho, ni porque el negocio vaya mal, sino porque los bancos no conceden hipotecas a autónomos sin aportar al menos el 30% del valor del inmueble, es decir, un 20% de entrada más un 10% en impuestos y gastos. En Palma, encontrar una vivienda adecuada por menos de 300.000 € es casi imposible. Eso significa tener que ahorrar al menos 90.000 €.

 Mi esposa y yo llevamos tiempo intentándolo, pero entre el alquiler, los gastos del día a día y ahora un bebé, ahorrar esa cantidad se vuelve inalcanzable. Y cuanto más tiempo pasa, más suben los precios, y más grande se hace la barrera.

 Hemos seguido de cerca los anuncios sobre avales del Estado para jóvenes o familias, pero en la práctica los bancos no saben cómo aplicarlos o los requisitos dejan fuera a la mayoría. La conclusión es dolorosa: tener ingresos estables, incluso un negocio rentable, no garantiza poder acceder a una vivienda digna.

Escribo esta carta porque creo que no soy el único. Muchos emprendedores, familias jóvenes y trabajadores autónomos estamos atrapados entre el alquiler y la imposibilidad de acceder a la propiedad. Ojalá estas realidades se tengan en cuenta en las políticas de vivienda, y se deje de asumir que todo aquel que no compra es porque no quiere o no trabaja lo suficiente. 

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