Matías Vallés, la universidad y un carrete de kodak

Imaginemos que en el año 2010 alguien quisiera montar una fábrica de kodak en Mallorca, bajo la promesa de garantizar grandes oportunidades laborales fabricando carretes de todos y abriendo tiendas de revelado. Los números del pasado les darían el empuje, aclamados por la inmensa necesidad de hacer fotos por parte de millones de turistas. Sin embargo, obviaríamos el elefante en la habitación, el smartphone empezaba a ser asequible, y las cámaras de carrete empezaban a ser prescindibles.  

La inteligencia artificial es al modelo educativo, lo que la cámara digital a kodak, el fin de una era que dejará su legado a una minoría para amantes de la ciencia con paciencia. Y desde la convicción de que la IA no es necesaria cuando hay una buena preparación, y un sistema que cuida a quienes trabajan para cuidar a las personas, Matías, ¿para cuando un epitafio?