El bar Vista Alegre se traspasa: adiós al alma del barrio

Soy vecina de Palma y cliente habitual del bar Vista Alegre. Recientemente leí con tristeza que ha colgado el cartel de «Se traspasa», incapaz de seguir cumpliendo una normativa que parece hecha de espaldas al ciudadano. Me impactó profundamente y me llevó a pensar en las consecuencias de este tipo de decisiones para la vida en nuestros barrios.

   Con cada cierre como este, se apaga un poco más la identidad de nuestra ciudad y de toda Mallorca. Bares como el Vista Alegre no son simplemente negocios, son lugares de encuentro, rincones donde se comparte la vida, donde se te conoce por tu nombre y se forjan vínculos de vecindad. Son el alma del barrio. Su cierre no es solo una persiana que baja; es un pedazo de nuestra cultura y nuestra tradición que desaparece.

El emblemático bar Vista Alegre de Palma cuelga el cartel de ‘Se Traspasa’: un cambio en la normativa de terrazas agota la paciencia de su dueño

   Mientras tanto, la ciudad se llena de cadenas multinacionales, idénticas entre sí, sin identidad ni arraigo. Todo se vuelve funcional, uniforme, ajeno. Hace poco visité Valldemossa, y aunque su estética era impecable -como salida de una película alemana de sábado por la tarde-, me costó reconocer el lugar. El alma de lo auténtico se había desvanecido.

   Lo más desgarrador fue percibir la profunda nostalgia en los rostros de los clientes habituales, como si asistieran al desmantelamiento de una parte de su vida, que viven este cierre como una especie de desahucio emocional. Me conmovieron especialmente las palabras de su propietario en la entrevista: «Antes los negocios eran tu casa y la clientela, tu familia». Para mí, sin duda, lo son.

Miquel Maimó, amo del bar Vista Alegre en Palma: “Antes no se cerraba hasta las 2 de la mañana, venían taxistas, toreros, payeses... Ahora todo el mundo tiene prisa”

Es momento de parar y pensar: ¿Qué ciudad queremos los que la habitamos? ¿Qué papel se nos reserva en ella? ¿Qué legado cultural dejaremos a nuestros hijos?

   Ojalá esta carta sirva como un grano de arena en la conciencia colectiva. Porque aún estamos a tiempo. 

Así es el bar Vista Alegre, punta de lanza en el barrio de Bons Aires

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