Arte
Una escultura abandona el centro de la ciudad
Antoni Ferragut Llinàs
Los escultores tenemos el privilegio que no tienen la mayoría de otros artistas plásticos: algunas de nuestras obras pueden ocupar espacios públicos. Ello permite que cualquier paseante pueda disfrutar de su contemplación sin necesidad de desplazarse a museos o galerías de arte, siempre limitadas por horarios, etc.
Hace 35 años, sa Nostra adquirió mi escultura Animales en acción I para ubicarla en su recién estrenado Centro Cultural situado en la calle Concepción de Palma. Tuvo además el acierto de situarla en el exterior del edificio, así cualquier persona podía contemplarla a cualquier hora y quedaba imbricada en el tejido de la ciudad.
Al hacer mi habitual ronda para visitar mis piezas públicas, acabo de tener la desagradable sorpresa de encontrarme con la ausencia de mi escultura.
Hechas las oportunas averiguaciones me comunican que la escultura ha sido trasladada a la Fundación Sa Nostra situada en Can Tàpera. Estoy seguro que estará, como hasta la fecha, cuidada y con el mantenimiento que toda obra situada en el exterior necesita.
Pero yo echaré mucho de menos a mi estimada escultura en mis paseos por la ciudad. Tempus fugit.
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