Durante siglos en España han existido unas políticas de imposiciones, autoritarismos, despotismos, dictaduras, creencias religiosas de un catolicismo de poder que se hace muy difícil que los herederos con esta mentalidad sean capaces de creer que la democracia es la solución para conseguir una estabilidad política en que cabemos todos, con nuestras diferencias e identidades propias.

Cómo es posible que saliendo de una dictadura de cuarenta años seamos todos demócratas, y se acepten las reglas de juego reflejadas en una Constitución, para la convivencia, cuando un sector importante de la derecha no la votó, no digamos de la ultra derecha.

Hemos pasado de un paternalismo de los poderosos para ayudar a la mayoría de la sociedad, carentes de derechos para poder sobrevivir; a unos chaqueteros que se apuntan siempre al ganador y se aprovechan del poder que pueden poseer.

Se puede comprobar que países de Europa, donde el siglo pasado hubo dos guerras, han conseguido democracias relevantes, en que han logrado una convivencia a través del dialogo, aceptando las reglas de juego que se dieron.

Se hace difícil al tener como base de la coexistencia en que el poder se consigue por la razón de la fuerza y no con el diálogo con el otro , aunque tengan ideas opuestas para poder convivir, que es lo que todos deseamos. Queremos sosiego y tranquilidad para que a los que votemos hallen soluciones para la sociedad.

Las manifestaciones de los ultras i no ultras frente la sede del PSOE es de un cinismo e hipocresía política, en el que no van conseguir que la mayoría de españoles sigamos luchando por la democracia.