Y qué gran verdad, como escribes, es encontrar el título apropiado para lo que se escribe. Por eso y gracias a tu suerte, la mía, además de conocerte ha sido poder leer un libro más que bien escrito y «pandémico», qué cosas, es genial en su argumento de aventuras y viajes por un mundo en el que hay lugares-llogarets estratégicos que con suerte, mucha suerte, se pueden conocer: Llucalcari.

Tu vuelta al mundo antes de Sandra, y ahora con Sandra, son la santa envidia de los álguienes que como yo buscan algo del antiguo Paraíso Terrenal entre Evas y Adanes de los mismos gustos. Los pinos. La mar. La fuente. El escar de la barca. (Enseñé a remar a D. Narcís Serra y lo escribo porque es verdad)

Pocos quedan ya de aquel entonces pues sin Viquito Isasi... lo que me reí al leer la lista de sus cuñados y la gata Enriqueta. Gracias. Y para los más civilizados o conformistas del cómo es la vida real, tu libro es un ejemplo de trabajo, saber estar, «diplomacia» y un regalo para lectores que quieren saber, de todo y de mucho, la verdad.