Hace unos días recibí en el buzón de casa el aviso de que tenía una notificación del Ayuntamiento de Palma y que debía acudir a un determinado punto a recogerla. El aviso me decía que no me la habían entregado personalmente porque por segundo intento no había nadie en casa. De entrada, una falsedad porque en casa a esa hora, y a cualquier otra, siempre hay una persona que trabaja allí.

Acudo a recoger la notificación y resulta que el Ayuntamiento de Palma me sanciona con 300€ -no reducibles- por no haber «identificado» al conductor que infringió la normativa y circulaba «entre 41 y 60 km/h» en un punto donde la máxima velocidad permitida era de 40km/h. Ya les digo que seguramente era yo porque no suelo prestar mi coche y, además, el punto donde «circulaba entre 41 y 60 km/h» está muy cerca de mi lugar de trabajo.

Esa ilegalidad se cometió el 2 de septiembre de 2021 y la primera noticia fehaciente que tengo del hecho fue el 20 de junio de 2022. Ahora el Ayuntamiento me dice que he sido reiteradamente avisado, entiendo por una empresa que se dedica a esto, y que por ello me sanciona con seis veces más de lo que habría abonado si la multa por exceso de velocidad me hubiese llegado en tiempo y forma. Pero el problema es que NO he sido avisado, era la primera noticia de esa sanción. Bien porque el empleado de la empresa notificadora tenía otras cosas que hacer, bien por la propia dejadez de esa empresa, bien por el afán recaudatorio del consistorio que no le importa cobrar seis veces más de lo que debiera, o bien porque algún vecino me birla los avisos.

Puedo recurrir la sanción, cosa que haré, pero eso me obligará a dedicarle más tiempo y esfuerzos a un asunto que es una clara negligencia del consistorio. Igual que hay una foto que atestigua mi coche circulaba a «más de 41 km/h» por la ciudad, podría tener una foto o un vídeo del empleado notificador tocando mi timbre y depositando todos esos avisos que no he recibido. ¿Por qué he de creer que se ha hecho cuando tengo la constancia de que no han tocado el timbre en al menos una ocasión?

¿No hay, a día de hoy, sistemáticas más eficientes para hacer llegar estas notificaciones? El ayuntamiento, la administración en general, tiene mi teléfono, mi email, mi cuenta bancaria. Sr. Hila o Sr. Rodríguez -en 2023- hagan el favor de modernizar este asunto porque estoy convencido que son miles las multas diarias y, seguro, hay otras formas de gestionarlas.