Josep Ramon Femenias. Palma.
Hace unas ocho décadas que se inició la guerra fratricida que ha marcado y sigue en muchas ideas y hechos que han estigmatizado a la sociedad. Tenía pocos meses cuando empezó el enfrentamiento, por lo que no me di cuenta de lo que pasaba.
A través del tiempo si uno ha intentado vivir, no ha podido olvidar lo que ocurrió procurando saber los hechos acaecidos durante el conflicto bélico y la posterior dictadura que sufrimos.
Somos una generación que nos excluyeron del pasado y del futuro de este país, pero con nuestro esfuerzo y las carencias de saberes ayudamos a mejorarlo.
Lo peor de las dictaduras es el dogmatismo, la represión física e intelectual, la intolerancia, el hambre y la imposibilidad de lo que ocurrió por la censura que hubo. Todo iba bien, mientras los vencedores y colaboradores se aprovecharon económicamente de la situación, dejando a los vencidos al paternalismo de los «buenos».
Los que hemos tenido la suerte de vivir durante estos años, nos damos cuenta del privilegio que tenemos de seguir existiendo, aunque no olvidamos que vamos a remolque de la carencia de una República que la derecha niega o la defiende cuando le interesa.
Estamos atravesando unos momentos manipuladores de la historia reciente, impidiendo la censura, entrar a unos archivos que aclararían hechos pasados. Menos mal que tenemos profesionales que dan testimonio con muchas dificultades de la guerra civil y de la dictadura.
No olvidemos a los que no viven, de uno como de otro bando, ya que fueron manipulados para luchar por unos intereses de unos pocos.
