Guillermo Soler Summers. Palma.
En la primera legislatura de Ramón Aguiló como alcalde de Palma, el callejero de la capital de la isla de Mallorca experimentó un cambio masivo en los nombres de su rotulación de calles. Desaparecieron de golpe importante número de nombres relacionados con la dictadura franquista, aunque, creo, que menor a los que retiraron los franquistas al tomar el poder de la isla, por las armas, tras lo cual iniciaron una depuración tanto física como profesional: funcionarios, militantes de partidos, especialmente de izquierda, activos durante la II República. Entre nombres sustituidos, se encontraban un buen número de generales, almirantes, jefes y oficiales, especialmente de la Armada y el Ejército de Tierra, sublevados contra la II República y muy activos durante la guerra civil, afectando a la vez a simples soldados, la mayoría muertos en combate y considerados héroes, sin olvidar tres flechas navales, fallecidos en el hundimiento del crucero franquista Baleares, como de un grupo de falangistas. El nombre del contraalmirante Vierna, muerto en el puente de mando del crucero nacionalista, fue borrado. Al mismo tiempo desapareció del callejero de Ciutat el nombre del almirante Luis Carrero Blanco, presidente del gobierno de Franco, asesinado por ETA. Los buques de guerra, aún en servicio en los años 40, destructor Velasco, cañonero Dato, y submarino General Mola, unidades navales que hicieron la guerra en el bando vencedor, perdieron su presencia en el callejero de Palma.
