Paolo Zerbato Cano. Cala Rajada.
Ya han llegado, pero no
Debemos remontarnos varias décadas para toparse con un gobierno, el del Führer, que maltrate de semejante modo a la población, él fue el primero que hizo confinamientos «voluntarios» con los que no eran de su agrado o disentían del orden establecido.
Aquí tenemos a Sánchez y sus acólitos provincianos siguiendo los dictados de Göbbels. Quieren acabar con todos, no con el dichoso virus, sino por desesperación, tristeza y anulando cualquier perspectiva de futuro.
Curiosamente hace semanas que han llegado las vacunas, sin embargo no conozco a nadie de mi entorno que la haya recibido. La población balear es escasa, rastreable y fácilmente manejable, con un plan correcto, en dos días, estaríamos todos vacunados, pero no. Sólo tenemos derecho a ver repetidamente por televisión a las mismas enfermeras que tras la inyección se levantan sonriendo dando palmas y recibiendo la enhorabuena de sus amistades. También suelen aparecer los mismos ancianos diciendo que están muy contentos por haber sido los primeros elegidos. En el mercado hay ya tres marcas que hacen enormes envíos que sabe Dios a donde van a parar porque aquí no llegan. El parlamento balear sería el lugar idóneo para invitar a los iluminados conspiracionistas reacios a ser vacunados y al desarrollo de la tecnología 5G, que nada tienen que ver la una con la otra, pero son temas de predilección de estos fanáticos.
¡Queremos las vacunas ya!
