Leo que se vende la Finca de Formentor: Hotel. «Cases» y alrededores. Paisaje privilegiado. Playa de lujo. Mar transparente siempre en concurso de aguas limpias. Pino en poesía y visitantes de aquí y de allá. De ser la noticia el pasado 28 día de los Santos Inocentes, pues... que como inocentada me hubiera parecido divertido, curioso, casual, pero no. Es verdad. Pataleta mental y consuelo de haber leído el maravilloso escrito sobre Formentor de Carmen Riera hace unos días. Poco puedo añadir pues era tan verdad como que al día siguiente hubo una cutre y pringosa subasta de enseres y muebles. Arrasado por dentro y sin saber qué vendrá ahora que es de otros. No me fío. Con la sana costumbre de ir todos los veranos un día al Hotel, playa, chiringuito de lujo, sombra de pinos, cercanía del socorrista Toni que adapta la arena a nuestras mochilas o cestas. Es costumbre ir con uno de mis sobrinos que vive en Madrid. Disfrutamos. Nadamos. Paseamos. ¿Qué pasará el próximo verano?
