Opinión

Rabinos y ayatolás a la greña con los americanos al fondo

Como españoles debe preocuparnos que Irán nos considere cómplices del ataque americano, que ha utilizado para su despliegue las bases de Rota y Morón, como al parecer ya ha insinuado un funcionario de su embajada en Madrid

Vista general de Teherán, capital de Irán

Vista general de Teherán, capital de Irán / Shadati / Xinhua News / ContactoPhoto

De la confusa situación actual cabe extraer algunas conclusiones.

1.- Nadie quiere que Irán tenga el arma nuclear, porque abriría una carrera de armamentos en Oriente Medio.

2.- Pero no consta que Irán quiera tenerla, ni que esté “a semanas” de tenerla, como ha reconocido Tulsi Gabbard, directora nacional de Inteligencia de EEUU. Los iraníes lo niegan... pero son poco fiables, como demuestra que la agencia onusiana de la energía afirme que Teherán oculta uranio enriquecido al 60%, cuando para usos civiles basta el 5% (la bomba exige el 90%).

3.- Nada ocurriría si, presionado por Israel, Trump no hubiera dinamitado el acuerdo nuclear firmado en 2015 entre Irán y la comunidad internacional. Ahora Trump negociaba un nuevo acuerdo que Jerusalén ha boicoteado con su ataque.

4.- Todo empieza con los palestinos. Israel ha destruido Gaza tras los crímenes de Hamás de 2023, ha debilitado a Hizbulá, ha caído la dictadura siria y ha cambiado la relación de fuerzas en la región.

5.- Por eso hay que resolver el nudo gordiano palestino con la fórmula de los dos estados, porque los palestinos no van a desaparecer y sin justicia para ellos no habrá seguridad para Israel.

6.- Chocan dos intereses: Irán quiere la supervivencia del régimen clerical y Netanyahu quiere pasar a la Historia como el héroe que acabó con la amenaza iraní. El problema de fondo no es tanto que Irán amenace con bombardear Israel con un artefacto nuclear, que sería suicida, como que al dotarse de la bomba le dispute la hegemonía regional.

7.- Israel considera a Irán una amenaza existencial, porque quiere destruir a la que llama “entidad sionista”. Para su ataque preventivo, Israel alega razones de seguridad nacional, igual que Putin en Ucrania, Trump en Groenlandia y Xi en Taiwán. Se impone la ley del más fuerte.

8.- La prepotencia y nulo respeto por parte de Israel del derecho internacional se han puesto nuevamente de relieve y preocupan en todo Oriente Medio.

9.- Irán ha sido humillado. Israel le ha sorprendido y ha matado a altos jefes militares y a científicos importantes, dejando claro que el Mossad se mueve por Irán con impunidad. Trump dice haber prohibido a Netanyahu asesinar al líder supremo, Alí Jameneí.

10.- Washington afirma no haber tenido nada que ver con el ataque, aunque estaba informado. Pero ante el éxito israelí su postura ha evolucionado hacia una creciente involucración que ha desembocado en sus propios bombardeos a las instalaciones nucleares de Fordow, Natanz e Isfahan. Quiere participar del éxito.

11.- Trump llegó a la presidencia con el compromiso de acabar con las guerras (los mismos republicanos están divididos y recuerdan Irak y Afganistán). Pero Israel ha acabado convenciendo a Donald Trump. Aquí el perro no menea el rabo sino que el rabo mueve al perro.

12.- Israel no puede destruir toda la infraestructura nuclear iraní, enterrada y dispersa. Carece de la munición de penetración necesaria que solo EEUU tiene y puede utilizar. Sin ella, lo más que puede lograr Israel es retrasar unos meses los planes iraníes, sean los que sean.

13.- La intervención americana en la guerra sin autorización del Congreso es denunciada por algunos senadores y congresistas Demócratas como una violación de la Constitución.

14.- Las negociaciones para un nuevo acuerdo nuclear pueden continuar pues también las desean los paises del Golfo. Teherán puede verse obligada a regresar a la mesa negociadora con la cabeza gacha “antes de que sea demasiado tarde”, como dice Trump, que ahora impondrá condiciones más duras.

15.- El impacto de esta guerra en el mercado del petróleo dependerá de su duración, de los daños que sufra la infraestructura iraní y de que Teherán bloquee el estrecho de Ormuz (y los hutís el de Bab el Mandeb), algo que no parecía próximo por sus consecuencias globales (China), pero que tras el ataque norteamericano tampoco se puede excluir.

16.- Los países del Golfo quieren desarrollo económico y hacer negocios, no quieren guerras en la región.

17.- Este conflicto favorece a Putin porque distrae de su invasión de Ucrania y sube el precio del petróleo, y para Netanyahu porque además de acabar con Irán, distrae de Gaza y de Cisjordania. Es malo para Zelenski porque recibe menos atención y menos ayuda. Es curiosa la admiración de Trump por Putin y Netanyahu, ambos acusados por el Tribunal Penal Internacional..

18.- Se desconoce el impacto en Irán de la intervención norteamericana. Irán es un país muy grande (1,6 millones de kilómetros cuadrados y 90 millones de habitantes) y un viejo Imperio que no querrá ser humillado. Todo puede ocurrir, desde una reacción nacionalista en torno a la bandera hasta una revuelta que provoque la caída del antipático régimen de los ayatolás, que un general se haga con el poder o que el país se suma en el caos como Libia...

19.- Es probable que la derrota militar, las amenazas de promover un cambio de régimen (¿caótico?) y el fracaso de las negociaciones, empujen ahora a los iraníes a traspasar el umbral nuclear para procurar convertirse en tan intocables como Corea del Norte.

20.- Como españoles debe preocuparnos que Irán nos considere cómplices del ataque americano, que ha utilizado para su despliegue las bases de Rota y Morón, como al parecer ya ha insinuado un funcionario de su embajada en Madrid.

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