Opinión | Tribuna
Los vendedores de miedo
El miedo es una de las emociones más básicas, que se despierta frente a un peligro, sea este real o imaginario. También es el motor más eficiente para aumentar la demanda de algo, sin importar precios ni otros factores. A pesar de ser muy poco ético, la influencia en preferencias u opiniones jugando con los miedos de las personas es una herramienta usada frecuentemente incluso para vender productos. Este es el caso, por ejemplo, de diversas empresas de seguridad privada que se han dedicado, de la mano de los medios de comunicación y con el combustible del discurso del odio a los pobres, a generar una sensación de inseguridad y pavor en centenares de miles de hogares en nuestro país. Esto nos lleva a la actual paradoja de vivir en uno de los países más seguros del mundo, pero encabezar también la compra de sistemas de alarma en el hogar.
La generación de miedo por parte de una empresa para conseguir más beneficios es inmoral, pero si esta acción es llevada a cabo por instituciones públicas que deberían proteger el interés general ya estamos hablando de algo monstruoso, más propio de regímenes autoritarios que de democracias consolidadas. Y, aun así, la cúpula de la Unión Europea considera que Rusia nos va a atacar, y que tenemos que gastar con urgencia 800.000 millones de euros en armamento y seguridad, un dinero que no podrá dedicarse a otros ámbitos menos importantes, como la sanidad, la educación o la vivienda, porque el ataque de Rusia es inminente…
Por supuesto, esto es mentira. La intención real de Rusia de llevar acabo un ataque militar convencional en territorio de la UE es nulo, algo que cualquier experto en asuntos militares o geoestratégicos que no esté comprado por alguna empresa armamentística puede atestiguar. Hablamos de una Rusia que en plena guerra desde hace tres años dispone de un presupuesto militar que no llega ni a la tercera parte del que destina la Unión Europea a sus ejércitos. Una Rusia que durante estos tres años no ha conseguido avances significativos en Ucrania, y los que hay son medidos en unos pocos cientos de metros al mes, dilapidando por el camino sus enormes reservas de material militar obsoleto de época soviética y decenas de miles de bajas.
Entonces ¿por qué se traslada continuamente a la ciudadanía de manera más o menos explícita ese miedo a un posible ataque sobre territorio de la Unión Europea? Rusia ni quiere ni puede atacar Europa, pero ese miedo que se traslada a la gente va muy bien para justificar aumentos de presupuesto militar. Hace falta un enemigo definido, malvado y agresivo para que nadie ponga impedimentos a la obscenidad que se pretende cometer, hurtando el dinero de nuestros impuestos para dedicarlo al enriquecimiento de empresas como Rheinmetall, Indra o cualquiera de los exponentes del conglomerado industrial armamentístico occidental.
Y esto es exactamente lo que está haciendo la UE a través de la presidenta Von der Leyen, con la total colaboración del gobierno de Pedro Sánchez: convertirse en vendedores de miedo, inocular ese miedo a un ataque imposible para justificar un rearme, ordenado por la OTAN y por Trump, que costará centenares de miles de millones de euros y que traerá severos recortes en derechos sociales y servicios públicos. En España acaban de salir de la chistera 10.500 millones de euros este año, para escalar hasta los 40.000 millones el presupuesto militar, un 2,5% del presupuesto del Estado, mucho más de lo admitido hasta ahora. Von der Leyen, Kallas, Rutte y Sánchez se han convertido en los comerciales más rentables del Securitas Direct del armamento.
Así que, ante estos vendedores de miedo, lo que toca es oponer la resistencia de todo aquel que crea en que la paz no se logra comprando más tanques, ni tragando balas a puñados por mantener un par de ministerios. Toca bajar a la calle, toca insumisión, sacar la pancarta y gritar No al Rearme. La mejor garantía para la paz consiste en no dejarse extorsionar por Trump ni por la OTAN, en no dejarse engañar por estos mercachifles de metralletas, y en tener claro que el dinero bien usado es el que levanta hospitales públicos.
- Gana el bote de Pasapalabra después de 260 programas
- Mi madre con Alzheimer lleva 14 días sin comer ni beber pero Salud se niega a activar los cuidados paliativos
- Cierran dos nuevos bazares chinos en Palma y crece la inquietud en Son Armadans: “Nos preocupa que se conviertan en locales de masajes”
- La barrendera de Emaya despedida a la que la Justicia ha dado la razón: 'No me iba al coche a dormir, iba a tomarme la medicación
- Detienen 'El Diario de Jorge Javier' por el cáncer: 'Dos meses que me quedaban”
- La UCO escuchó al patrón de Villacarrillo 'recreando' el momento en que mató al temporero: 'Ven, que no te vas a enterar. Id preparando los curas
- Una influencer se mofa al pedirle que no comparta playas en Mallorca: 'Claro, porque las Baleares son solo vuestras
- Palma, entre los destinos más demandados del mundo este verano: Los vecinos ya se organizan contra la saturación turística