El PP de Marga Prohens rompe aguas y da a luz a Vox

La censura que el recién llegado comisariado político ha establecido en IB3, vinculado ideológicamente a Vox, es grosero ejemplo de cómo el Gobierno balear de la presidenta Marga Prohens, a su vez presidenta del PP balear, ha finiquitado, cuando todavía faltan dos años para las elecciones, cualquier tenue idea de que pretendía gobernar (un suponer) desde posiciones de centro, la mercancía averiada que ha intentado colar contando para ello con la entregada colaboración de la beatífica congregación de Més (antes PSM) del atribulado (desazón perimetrada al municipio de Deià) obispo Apesteguia, ahora negando por tres veces haber trapicheado con la derecha mallorquina de siempre. Marga Prohens ha roto aguas dando a luz a un Vox duro, correoso como nunca, liderado por una política que tiene el fuste necesario para imponerse en su partido, que es un guirigay muy soliviantado; y, lo fundamental, hace comulgar al PP con ruedas de molino. Manuela Cañadas, atiendan a su nombre, dará que hablar en los próximos años, ha dejado a la presidenta Prohens desnuda, exhibiendo lo que es: inutilidad manifiesta, sin nada de lo que hay que tener (remitámonos a la vulgar verborrea de Carlos Mazón) para poder dirigir una acción de gobierno aceptable. A Prohens, Cañadas la ha puesto en la tesitura de o aceptas lo que te traigo o se va todo al carajo. Prohens, temerosa, siempre obediente al convoluto de Campos, que es a quien se debe, asume el ucase de Cañadas; de él surge la autorización para seguir urbanizando el territorio balear, el suelo rústico, colofón coherente con la amnistía urbanística, otro jalón más en la política suicida que se está ejecutando. La excusa de poder construir viviendas es eso: excusa, porque lo que habrá, cuando lleguen, serán viviendas poco asequibles.

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¿Y la ecotasa? Ya anticipamos en Desde el siglo XX que no habrá incremento, que lo que proponía Prohens y su vicepresidente, Antoni Costa, era burdo escopetazo de feria. Así ha sido. No subirá en verano y bajará en invierno. Se queda en el no subirá. Imposición de Vox dócilmente acatada por el PP, que, además, en lo que constituye la mayor de las estafas políticas perpetradas por el Gobierno balear, se unce a los promotores del alquiler turístico, que son los que están convirtiendo a Palma y a otra ciudades y pueblos de las islas en lugares imposibles, con alquileres enloquecidos, convivencia envenenada. Prohens les da lo que han pedido. Vox lo exige. Gabriel Escarrer, tan cargado de razón como ayuno de autoridad moral para reclamar cierto sentido común, se ha estrellado. Los hoteleros llevan en el pecado mortal que han cometido por décadas cumplida penitencia. Y el veto a que los okupas opten a un inmueble o reciban ayudas al alquiler se impone porque las nuevas medidas son «para dar soluciones a la emergencia habitacional, no para premiar a delincuentes», afirma Manuela Cañadas. Llamamiento al electorado para que confíe en Vox. El PP le hace la campaña. Lo próximo serán los Presupuestos, que llevarán sello y matasello de la extrema derecha. Como en la Valencia de Mazón.

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Empieza a ser factible que tal vez, solo tal vez, las izquierdas, a pesar de Francina Armengol, que es fardo muy pesado, oneroso, que resta a todas horas y a deshoras, tendrán una oportunidad en 2027. Seguro que la desaprovechan.

Acotación sublime.- Me cuentan que Agustín Buades, ese hombre, ha cavilado (otro suponer): ve en Manuela Cañadas adversaria imbatible, y se dispone a actuar en consecuencia: deja de lado a Idoia Ribas para proponer entente a Cañadas, destacando que él, Agustín Buades, ese hombre, acarrea a Vox abundante voto nacional católico mallorquín, siempre movilizado por la causa de Dios y de España, la que el general Franco nos dejó legada en su testamento. Agustín Buades, ese hombre, deviene en indescriptible.

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