Opinión | 360 GRADOS

¿Era Hitler comunista?

Donald Trump y Elon Musk.

Donald Trump y Elon Musk.

Cuando un visionario sin escrúpulos e ignorante de la historia se sienta a platicar en la red social de su propiedad con una populista que sí la conoce, pero prefiere mentir, puede salir un disparate.

Pues disparate y no otra cosa es la afirmación que hizo en su «entrevista» con Elon Musk en la red X la dirigente de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel, de que Adolf Hitler, era un comunista que se dedicó a nacionalizar empresas.

Weidel sabe perfectamente que el Führer, aliado con el gran capital, se fijó como objetivo exterminar el comunismo y aplastar al movimiento obrero y que su Partido Nacionalsocialista obtuvo más votos de las clases burguesas que en los barrios obreros del país.

Claro que eso de «comunismo» se ha convertido sobre todo en EEUU, donde es mucho mayor que en otras partes del mundo la ignorancia histórica, en una especie de palabra comodín que sirve para todo.

Por ejemplo, así califican allí continuamente los medios conservadores- ¡agárrense!-muchas de las medidas políticas del Partido Demócrata de Joe Biden y Kamala Harris.

Pero volvamos a la supuesta entrevista con la dirigente ultraderechista alemana para preguntarnos qué llevó al hombre más rico del mundo a apostar por su partido como el único capaz de sacar a Alemania de su parálisis económica.

Uno sospecha que es más o menos el mismo motivo que había llevado antes a los multimillonarios dueños de las plataformas tecnológicas a buscar la sombra del Partido Demócrata.

Esos tecnomultimillonarios no buscan otra cosa que conseguir acuerdos rápidos con los países para explotar comercialmente la inteligencia artificial y las criptomonedas, cuya total liberalización Musk propugna.

El Partido Demócrata manifestó al respecto algunas pegas frente al entusiasmo mostrado por Trump. Y ahora vemos cómo, amparados por el presidente electo, tanto Musk como el dueño de Meta, Mark Zuckerberg, prescinden de los verificadores de contenidos, en los que ambos veían sólo un afán de censura de los gobiernos.

También en Europa Musk se enfrentó al entonces comisario de Mercado Interior de la UE, el francés Thierry Breton, al exigirle éste respetar las reglas comunitarias, algo que aquél rechazó, acogiéndose a la sacrosanta libertad de expresión.

En el polémico artículo de opinión que Musk publicó recientemente en el diario alemán, Die Welt, propiedad del grupo Springer, además de pedir a los ciudadanos que votasen al partido de Weidel, Musk denunciaba la burocracia de Bruselas por considerarla opresiva.

Alternativa para Alemania comparte ese objetivo de liberalizar el mercado, algo por lo que apuesta también el Partido Liberal, cuyo líder, Christian Lidner, dice que hay que aprender de Musk y del presidente ultra argentino, Javier Milei.

La publicación del artículo de opinión por Die Welt, que causó un auténtico escándalo en Alemania, se explica por el hecho de que la empresa editora es propietaria de dos publicaciones, Publico y The Business Insider, en EEUU, donde busca ampliar su negocio.

Y no es casual que el director ejecutivo de la empresa editora de Die Welt y el sensacionalista Bild, decidiese halagar la vanidad de Musk concediéndole la medalla del fundador del grupo alemán, Axel Springer. ¡Es el dinero, estúpidos!

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