Opinión | Tribuna

Antonio Troya y Carles Gago

Vivir con la naturaleza, nuestra oportunidad de futuro

Vivir con la naturaleza, nuestra oportunidad de futuro

Vivir con la naturaleza, nuestra oportunidad de futuro / Shutterstock

Según el informe del Foro Económico Mundial de la serie Nueva Economía de la Naturaleza del año 2020, más del 50% del Producto Interior Bruto (PIB) del planeta depende directamente de la biodiversidad y de los servicios y bienes que proporcionan los ecosistemas naturales. Más de la mitad de la riqueza generada por las actividades económicas está vinculada con la salud de los ecosistemas y depende de su correcto funcionamiento. Desde la agricultura y la pesca hasta otros sectores como la energía, el turismo o la construcción descansan sobre los bienes y servicios generados por la naturaleza. Estos datos subrayan no solo nuestra dependencia de los sistemas naturales, sino también la urgencia de preservarlos para asegurar tanto el bienestar humano como el progreso económico global.

Pero más allá de las cifras económicas, este bienestar está profundamente ligado a la salud de los ecosistemas. La producción del aire que respiramos, del agua que bebemos y de los alimentos que consumimos, elementos imprescindibles para nuestra existencia, está íntimamente ligada al buen funcionamiento de los sistemas naturales.

Además, la naturaleza actúa como un escudo frente a desastres naturales, regula el clima y mejora nuestra salud física y mental. Proteger la biodiversidad no es solo una cuestión ambiental: es una inversión directa en nuestra calidad de vida. Nuestro desarrollo no puede hacerse a expensas de dilapidar y de reducir el capital natural.

Un desafío que no podemos ignorar

A pesar de esta evidente conexión, nuestra sociedad sigue actuando de espaldas a la naturaleza. La degradación ambiental y la pérdida de biodiversidad avanzan a ritmos alarmantes, impulsadas por el uso abusivo de los recursos naturales, la contaminación y la destrucción de los hábitats naturales. Según la Lista Roja de las Especies de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el 28% del total de las especies cuyo estado de conservación ha sido evaluado a nivel mundial están bajo amenaza de extinción. En la Unión Europea, más del 80% de los hábitats naturales están en condiciones desfavorables y se espera que esta tendencia continúe si no se toman medidas drásticas.

En el informe del Foro Económico Mundial sobre riesgos mundiales, del año 2020, se concluye que «la pérdida de biodiversidad es uno de los cinco mayores riesgos en términos de probabilidad e impacto en los próximos diez años. La pérdida de biodiversidad es un riesgo tan grande como la burbuja financiera de 2008...».

Esta realidad nos coloca en un punto crítico: continuar con esta tendencia no solo pone en peligro nuestro futuro, sino también nuestra estabilidad presente.

Superar este desafío exige replantear los fundamentos de nuestro modelo de desarrollo económico. Necesitamos integrar la conservación de la naturaleza en todas las decisiones económicas, políticas y sociales, desde las estrategias de inversión empresariales hasta la planificación de las políticas públicas. Pero, sobre todo, debemos cambiar nuestra forma de entender la relación entre el ser humano y la naturaleza y de reinterpretar esta relación, con nuestro medio y con el resto de las especies con las que convivimos.

Un compromiso compartido

La conservación de la naturaleza es una responsabilidad compartida de toda la sociedad: los gobiernos, las empresas, las organizaciones de la sociedad civil, las personas. Debemos garantizar que las políticas y prácticas de todos los sectores sean compatibles con el mantenimiento de los ecosistemas. Lejos de ser un obstáculo, la sostenibilidad es la clave y la oportunidad para un desarrollo equilibrado que no comprometa el bienestar presente y el de las generaciones futuras.

Esto requiere un cambio cultural y social. Necesitamos entender que no se trata de «usar menos» o de «frenar el progreso», sino de encontrar formas de convivir con la naturaleza, respetando sus límites y cuidando sus recursos. Cada acción cuenta, y cada sector puede aportar soluciones innovadoras y prácticas para alcanzar este objetivo común. En palabras de la filósofa francesa C. Pelluchon, se trata de generar el cambio necesario para mutar del concepto de vivir de la naturaleza al de vivir con la naturaleza.

Iniciativa Natura: un espacio de diálogo para el cambio

Para materializar esta transición, es fundamental situar la conservación de la naturaleza como una prioridad en las agendas política, económica y social de nuestro país. En este contexto, nace Iniciativa Natura, una plataforma que busca crear espacios de diálogo crítico, transversal y constructivo para abordar los desafíos de la conservación desde diversas perspectivas sociales. El objetivo es generar soluciones consensuadas que puedan ser adoptadas por toda la sociedad, adaptadas a las necesidades de cada sector. La conservación no debe ser responsabilidad exclusiva de las organizaciones especializadas, sino un compromiso compartido entre todos los sectores, desde la agricultura hasta el arte, pasando por la educación, la empresa, la solidaridad y la ética.

Un primer gran paso en este camino -cuya dificultad conocemos- será la celebración del Foro de Conservación de la Naturaleza, que se llevará a cabo en la ciudad de Tomares (Sevilla) en la primavera de 2025. Este evento reunirá a expertos, representantes de diversos sectores económicos, sociales y culturales, instituciones publicas y privadas y ciudadanos interesados con el objetivo de compartir ideas, aprender de buenas prácticas y establecer compromisos concretos en torno a tres temáticas clave para nuestro futuro: el mundo rural y la conservación de la naturaleza, la restauración de los ecosistemas naturales, y la relación entre salud y naturaleza.

Un futuro esperanzador

Conservar la naturaleza no es solo una obligación moral y ética, sino una necesidad insoslayable para construir un mundo más justo, saludable y próspero. El Foro de Conservación de la Naturaleza fomentará un diálogo abierto para buscar consensos sociales que nos permitan replantear nuestra relación con el entorno natural. Este espacio contribuirá a encontrar soluciones que aseguren el equilibrio entre desarrollo y conservación, y a generar nuevos modelos que nos acerquen a la visión del Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal (ONU): un mundo en armonía con la naturaleza.

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