Opinión | Escrito sin red

Rueda de bulos

El presidente hizo balance el lunes del año transcurrido. Un año pleno de grandes realizaciones. Que sólo un político adornado de infrecuentes capacidades podía culminar. No es el producto edulcorado fabricado por ningún equipo de asesores de Moncloa, es el testimonio de un medio tan acreditado como The Economist, que señala el buen dato económico español frente a la atonía europea, un 3% de crecimiento del PIB. Saca pecho Sánchez del medio británico, el mismo que hace pocos meses le acusaba de mantenerse en el poder al precio de degradar la democracia española. Contradicciones anglosajonas. Dice el presidente que la economía española va como un cohete. Los aguafiestas de derechas de siempre aguan el vino de la celebración. Que si la caída anterior por la pandemia explica la subida. Que si el crecimiento está impulsado por el gasto público derivado de los ingresos fiscales producidos por la inflación sobre los impuestos y por la lluvia de fondos europeos Next Generation, con fecha de caducidad. Que la productividad es la más baja de la OCDE. Que los beneficios del crecimiento no lo han notado los hogares españoles ni los jóvenes sin acceso a la vivienda, sólo se explican por la incorporación de la mano de obra barata de la inmigración. Lo de siempre, bulos y fango contra la mayoría progresista.

Es verdad que no se pudieron aprobar unos presupuestos para 2024. Está en el alero que puedan aprobarse los de 2025. Pero ya dijo el presidente que gobernaría con o sin el Congreso hasta 2027. Lo repitió el lunes, agotará la legislatura hasta su final. Que lo importante no son las leyes, sino los resultados. Ahí se visibiliza su visión de la política. Lo importante no es el gobierno de las leyes (el Estado de Derecho) sino el gobierno de los hombres (él), que genera resultados. Una filosofía que compartiría cualquier autócrata. Hay dificultades, claro. Por culpa de los jueces, que no han completado la Transición, y no aplican la amnistía tal como acordó el Congreso, la soberanía popular. Bueno, algunos jueces encastillados en el Tribunal Supremo. Pero la amnistía se abre camino, incluso entre el PP que, al coincidir con Junts tumbando el impuesto a las energéticas, en realidad está avalando la amnistía que con tanta demagogia reprobaron. Afirmó que se entrevistaría con el prófugo Puigdemont, sin fijar el momento. No precisó si en Ginebra o en Waterloo, si con relator internacional o sin él. Los presupuestos bien valen una foto. Si se ha fotografiado con Aldama, el comisionista de las mascarillas encausado por corrupción y fraude, por qué no con Puigdemont que sólo está acusado de malversación.

Uno puede especular sobre lo que es o no posible en la vida. También en la política. Calibrar con sentido común de lo que un hombre es capaz. Mucio Escévola, detenido tras atentar contra el rey etrusco Porsena, estuvo de pie contemplando como su diestra goteaba en el brasero enemigo y no retiró la mano ya derretida y con los huesos descarnados hasta que le apartaron el fuego. Catón, obstinado contra Julio César, dijo que no actuaba así para ser libre sino para vivir entre libres; se clavó la espada en el vientre; le curaron la herida; se arrancó el vendaje y las vísceras con sus propias manos. El fiscal general estaba imputado por el TS. Salvador Viada, fiscal del TS, declaró haber visto cómo Álvaro García Ortiz, flanqueado por su segunda, Ángeles Sánchez Conde, manipulaba un móvil en pleno registro de la UCO. Los medios de comunicación especularon con la posibilidad de que García Ortiz borrara los mensajes que acreditaran su papel preeminente en la divulgación de los confidenciales del abogado de González Amador con el fiscal de la AEAT, incurriendo en el delito de destrucción de pruebas. Analizado el móvil no apareció ningún mensaje en la semana de los hechos de marzo. En su rueda de prensa, Sánchez afirmó que, si antes del informe de la UCO ya manifestaba la confianza en «su» fiscal general del Estado, ahora aún más, ante los bulos del fango. Uno, en su inocencia, pensaba que no era posible tanto cinismo. Sánchez mentía y sabía que todos sabíamos que estaba mintiendo. Y con todo el descaro se preguntaba si alguien iba a pedir perdón al fiscal general, exigía la petición de disculpas a García Ortiz. Sí, Sánchez es capaz de hacer lo que nadie con sentido común y respeto por la realidad de los hechos es capaz. Es un jugador temerario, a todo o nada. La única explicación para tal conducta en un político tiene que ver con su acreditado conflicto con la verdad. Lo falso, al contrario de lo verdadero, no reconoce límite alguno. Mucio, Catón, virtuosos héroes romanos, eran capaces de inmolarse por el honor de Roma o por la libertad. Sánchez es capaz de cualquier villanía, la que sea, por descabellada que sea, para seguir en el poder. No habrá suplicatorio que valga en el Congreso para él.

Ni una mención en la comparecencia para el diálogo de besugos de la Conferencia de Presidentes. Ni una para la crítica situación de la inmigración en Canarias y en el resto de España. Ni una a la corrupción que afecta a sus hombres más cercanos en la conquista, gestión y disfrute del poder. Como Ábalos, ese truhan de tejemanejes sórdidos que se jactaba en la cima de su poder de que había llegado a la política para quedarse, que nadie le apartaba de su cargo y de sus novias, pagadas por la corrupción o empleadas en empresas públicas. Este expulsado del ministerio, de la secretaría de organización del PSOE sin motivos acreditados en ningún expediente del partido, recuperado en las listas electorales de 2023 para aforarle y asegurarse su silencio, y ahora bien tratado por sus ejecutores tras las componendas para tapar las comunes desvergüenzas. Como Koldo García, ese gigante de la militancia, según palabras de Sánchez, el que dormía custodiando sus avales durante las primarias de 2017, el que transaba con Armengol llamándola cariño, el enlace con el corruptor Aldama. Colegas ambos de los otros compañeros diputados que celebraban sus votos para prohibir la prostitución en conocidos lupanares de Madrid. Su hermano, imputado por su acceso fake en la diputación de Badajoz. Su mujer, Begoña, catedrática virtual y presunta negociadora del rescate de Globalia, imputada por corrupción en los negocios, tráfico de influencias y apropiación indebida. Todo bulos, fango, ultraderecha, Ayuso, Milei, Trump.

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