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Portugal versus España, dos políticas fiscales diferentes

Portugal versus España, dos políticas fiscales diferentes / Freepik
La política fiscal es la que mejor define hoy la eficiencia en la gestión de los gobiernos y, en definitiva, la productividad. Analicemos las medidas aprobadas recientemente por nuestro país vecino, Portugal, y las aprobadas en España.
En España, en los últimos cinco años han subido o creado, según el Instituto Juan de Mariana, 81 impuestos. Además, el pasado noviembre se añadieron algunas medidas más como:
- Un impuesto complementario para que las multinacionales paguen, al menos, un tipo mínimo efectivo del impuesto de sociedades del 15% de su resultado contable ajustado.
- Creación de un impuesto sobre la banca según el margen de intereses y comisiones bancarias, con tipos de entre el 1% y el 7%.
- Subir dos puntos el IRPF para las rentas del capital superiores a 300.000 euros, de manera que el tramo pasaría del 18% al 20%.
- Gravar los vapeadores y subir la fiscalidad del tabaco.
- Modificar el impuesto de sociedades. Esto implica limitar la compensación de bases imponibles y deducciones por doble imposición o la compensación de las pérdidas de las filiales.
- El compromiso de mantener el impuesto sobre las grandes empresas energéticas, pero sin concretar.
Las medidas fiscales en nuestro país no aumentan la renta disponible de los ciudadanos ni facilitan la competitividad empresarial, sino que van destinadas a incrementar recaudación. Y utilizan el argumento de que los políticos gestionan mejor, que los ciudadanos.
El gobierno luso es de centro derecha ahora, pero durante años anteriores era de izquierda, aplicando una política fiscal que pretendía atraer inversión extranjera y fijar gravámenes bajos para empresas. Las medidas que voy a citar han sido aprobadas con la abstención del partido socialista antes en el poder, para facilitar su puesta en marcha con el objetivo de ganar competitividad.
- Para la incorporación de los jóvenes al trabajo, se les exime del pago del impuesto sobre la renta, mientras estos ésta no superen lo 28.000 €. El primer año tienen un tipo del 0%; el segundo, tercer y cuarto pagarían el 25% de lo que les correspondería; del quinto al séptimo, el 50% y los tres siguientes, el 75%. Por lo tanto, tienen bonificaciones los 10 primeros años para retener a los jóvenes en el país y mediante bonificaciones fiscales les suben el sueldo.
- Para los portugueses que trabajan fuera de la nación, con el objetivo de recuperar talento, se les da, si vuelven, una bonificación del 50% durante cinco años de manera que la mitad el impuesto sobre la renta, siempre que sus ingresos no superen 250.000€
- Para todos los contribuyentes, en el impuesto sobre renta, se deflactan los tramos en un 4,6%, para que la inflación no les haga tener menos renta disponible.
- El tipo básico del impuesto de sociedades baja un punto, del 21 al 20%.
- Para apoyar la compra de la primera vivienda a entre los jóvenes, crean un fondo de garantía del 100% de la hipoteca, para los que tienen ingresos de menos de 5.000€ al mes y para viviendas de hasta 400.000€.
Todas las medidas en Portugal están enfocadas a las personas y a ayudar a la competitividad empresarial y no son recaudatorias en el corto plazo.
Con frecuencia se dice que con una bajada de impuestos se han dejado de recaudar X millones. Nada más falso, en ocasiones una bajada puede reducir en una parte la recaudación, y en otras la aumenta.
Pongamos un ejemplo real: eliminar el impuesto de transmisiones patrimoniales sobre la compra de la primera vivienda, pasando del tipo del 10% al 0%.
En una mayoría de casos, los jóvenes, sin esta rebaja del 10% del precio de la vivienda, no la comprarían, por lo tanto, no habría el ingreso del 10%. Pero como consecuencia de comprarla es muy probable que haga alguna reforma, que la amueblen, y todo ello producirá unos ingresos por IVA del 21%.
Por otra parte, el vendedor, al tener estos ingresos, pagará impuestos, plusvalía municipal, y en su declaración de renta abonará - lo más frecuente - entre el 21% y el 23% sobre el beneficio obtenido. Además, con estos ingresos realizará un consumo o una inversión que pagará su correspondiente 21% de IVA, a lo que hay que añadir los efectos indirectos positivos sobre el empleo, cotizaciones de S. S.
La política fiscal de Portugal está dando resultado, dos datos: tasa menor de desempleo (5,9% frente al 11% de España) y una deuda sobre PIB menor (el 97,9% frente al 105,1%).
Las conclusiones se las dejó al lector.
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