Opinión | El ángulo

Avanzar entre el barro

Entre todo el fango ha emergido el liderazgo colectivo de los alcaldes de la zona que saben que el presente los ha unido para lograr un futuro común

Esta crisis de dimensiones bíblicas, en la que aparecen miles de samaritanos al rescate, profetas de la mentira y la manipulación, mercaderes que buscan enriquecerse de la desgracia, dioses ajenos que pretenden servirse de un pueblo desconcertado solo los liderazgos generosos resistirán una vez que el agua se haya retirado sobre la tierra.

No va a haber presidente de la Generalitat que aguante una manifestación en contra de 130.000 personas, por muchas versiones de los hechos del día de autos que se empeñen en formular. Por mucho que los hechos alternativos, como los llama el trumpismo, quieran hacernos creer que en el Centro de Coordinación Operativo Integrado no había cobertura mientras en la foto se ve a la delegada del Gobierno hablando por un teléfono móvil. Aunque te cuenten que el sistema Es-Alert es desconocido para ellos, en pruebas en otra versión, y al mismo tiempo existan vídeos en los que la consejera implicada, en el mismo lugar donde todo sucede, hable explícitamente sobre su funcionamiento.

Nadie, políticamente hablando, va a salir indemne de esta catástrofe, no solo con el apellido natural

En esta lucha de dioses y sabios, en la que los primeros rehuyen del poder de sus decisiones responsabilizando a científicos y técnicos, intentando escapar en una huida hacia delante, los ciudadanos han sabido deslindar lo que es propio de unos y de otros. Son capaces, aunque algunos los traten como menores, de deslindar en esta vorágine declarativa quién es responsable de qué. Por dónde aparecen las incompetencias o la lentitud en la reacción, que son dos cosas bien distintas, quién busca el fallo en el adversario creyendo que le favorecerá a él o por donde vienen los silencios atronadores de algunos responsables.

Nadie, políticamente hablando, va a salir indemne de esta catástrofe, no solo con el apellido natural. Algunos ya tienen cara de iniciales que nadie va a reconocer, otros han virado a tiempo tras los sucesos del domingo en la visita de las principales autoridades a Paiporta, pero queda un largo camino de aprobación de presupuestos, de políticas de reconstrucción en que no se puede operar con la navaja albaceteña en el bolsillo.

Entre todo ese barro ha emergido el liderazgo colectivo de los alcaldes de la zona que saben que el presente los ha unido para conseguir un futuro común. Y justo en el otro extremo, los carroñeros aprovechan la desesperación para crear caos como consiguieron las primeras horas, para romper el tablero y obtener exclusivamente su beneficio personal. Tendremos un Estado con debilidades pero está, una sociedad civil organizada y política de altura, la de bajura creo que se escurrirá por esos sumideros ahora taponados de lodo seco.

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